El forofismo necesariamente tiene un componente irracional. El que es simpatizante de un equipo de fútbol puede argumentar las causas y motivos que le han llevado a serlo, y cuando varían estas causas y motivos podría cambiar sus simpatías hacia otro equipo; al menos en teoría. El forofo, no, y además le será muy difícil argumentar lo que le lleva a ser incondicional de ese equipo, como no sea lo del sentimiento.
La realidad es que en el fútbol todos tenemos un componente de forofismo en nuestra adhesión a unos colores, por eso es tan difícil ver cómo alguien se cambia de equipo, sobre todo cuando se llega a una cierta edad. Sólo hay que ver por televisión un partido de fútbol rodeado de forofos de los dos equipos, para comprobar cómo ese componente irracional obnubila sus sentidos de tal forma que una misma jugada vista desde una posición idéntica puede ser juzgada radicalmente diferente dependiendo del equipo a que pertenecen..
Pero esto del forofismo no es privativo sólo del fútbol. También existe en la política, en la religión, en el nacionalismo, en la música, en los toros y, en definitiva, en todo lo que se convierta en movimiento de masas.
Por eso, los partidos políticos, la Iglesia, las naciones y los artistas fomentan el forofismo entre sus seguidores y saben muy bien lo que hay que hacer para conseguirlo. Los campos de fútbol y las plazas de toros llenos hasta la bandera y las grandes manifestaciones llenando plazas y calles por motivos políticos, religiosos o musicales, son los escenarios buscados para enardecer los ánimos de sus seguidores, para inculcarles sus consignas o sus “valores” con la ayuda impagable de las masas, y sin necesidad de tener que argumentar sus premisas, sino avivar los sentimientos por medio de consignas, himnos y cánticos que lleguen al subconsciente colectivo.
Y cuando los equipos, los partidos, las iglesias y los artistas ha conseguido un número importante de forofos, ya tienen patente de corso para hacer lo que mejor le parezca.
Las iglesias pueden convocar su cruzada cristiana o su yihad musulmana para convertir a los infieles, porque cuenta con unos forofos que están dispuestos a dar incluso su vida. Los partidos políticos saben que pueden hacer lo que quieran porque cuentan con un colchón de forofos que les van a votar pase lo que pase y con eso, muchas veces,es suficiente para llegar al poder. Los nacionalistas han conseguido unos forofos que estarían dispuestos a pedir la independencia aunque supiesen que sería perjudicial para ellos. Los artistas, si han conseguido sus forofos, pueden sacar un bodrio de canción o dar una “espantá” en la corrida, porque saben que venderán un montón de discos o llenarán las plazas.
Sólo hay una cosa en la que los forofos políticos, religiosos, nacionalistas o seguidores de artistas no se parecen a los del fútbol, son difícilmente identificables. Los forofos futboleros tienen la costumbre de ponerse las camisetas de sus equipos no solo para ir a los partidos sino , incluso para pasear por los parques o ir a comprar el pan; y así es muy fácil identificarlos. Los otros forofos, los religiosos, políticos, etc. etc. también deberían buscarse una camiseta que los identificase. Así todos nos conoceríamos y podríamos tomar nuestras precauciones... para no regañar.