A Segovia puedes acercarte cualquier día. Estamos a menos de cien kilómetros y en poco más de una hora, sin correr, estás debajo del acueducto.
Porque Segovia es su acueducto; es su emblema y su seña de identidad.
Es verdad que en Segovia está el Alcázar que defendió el Conde de Chinchón cuando la guerra de los Comuneros; que está la Catedral con su precioso claustro gótico, que está la Casa de los picos, que nos recuerda la casa de las conchas de Salamanca, que, incluso, tiene el cordero de Cándido y las bicis de Perico Delgado, pero, sin duda, Segovia es su acueducto.
El Acueducto de Segovia consta de 120 pilares que sostienen 167 arcos, a su vez constituidos por sillares –piedras labradas en forma de – y unidos sin ningún tipo de argamasa. Estos se sostienen mediante un perfecto estudio de las fuerzas de empuje entre los grandes bloques de piedra.
Según los recientes estudios que han salido a la luz, las primeras piedras del célebre Acueducto de Segovia fueron colocadas unos años más tarde de lo que se había creído hasta el momento.
La nueva datación del monumento segoviano, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985, ha sido posible gracias al análisis de los restos arqueológicos procedentes de una excavación que se llevó a cabo en el año 1998. Los materiales de construcción encontrados en la base de los pilares que sostienen el acueducto remiten a los primeros años del siglo II d.C., mientras que hasta el momento se solía ubicar todavía en el siglo I d.C. El análisis de los materiales excavados implica considerar que la construcción del Acueducto se realizó durante la parte final del gobierno de Trajano, que se mantuvo en el poder hasta el 117 d.C., o ya desde el gobierno de Adriano, desde el año 117 hasta el 138 d.C.
Nosotros, después de recorrer sus monumentos, nos atrevimos con unos judiones de la Granja y un lechal asado, y por la tarde nos fuimos a pasear por los jardines y el Palacio de la Granja, para quemar calorías.
Ya digo, a Segovia puedes acercarte cualquier día de estos.... Si no estás confinado, claro.