El líder del PP, Mariano Rajoy, afronta este lunes en las páginas de EL MUNDO la segunda parte del examen a su proyecto para el cambio. Tras presentar el domingo sus propuestas económicas, aborda ahora, en una entrevista con Victoria Prego, las medidas de carácter político que aplicará si llega a La Moncloa.
A lo largo de la entrevista, Mariano Rajoy presenta como una prioridad la necesidad de que en España se garantice "la igualdad de derechos, deberes y oportunidades de los españoles", al margen de donde vivan con la legislación básica del Estado. Por ello, propone promover un "gran pacto nacional" con el PSOE para todo lo relativo al modelo de Estado.
En el ámbito de la educación, Mariano Rajoy es partidario de impulsar una escuela pública "basada en los valores constitucionales" que no imponga idearios y eliminar la asignatura de Educación para la Ciudadanía. También aboga por aplicar los principios de la Ley de Calidad de la Enseñanza que no llegó a entrar en vigor en la última legislatura del PP.
Algunas de las prioridades que marca el dirigente 'popular' están relacionadas con el ámbito de la Justicia. En este sentido, propone restablecer el sistema mixto de elección del Poder Judicial previsto en la Constitución para despolitizarlo, recuperar el recurso previo de inconstitucionalidad para leyes como los estatutos. Asimismo, se compromete a colaborar con la Justicia entregándole cualquier documento que requiera para esclarecer el 11-M.
Asimismo, el líder del PP defiende a lo largo de la entrevista otras propuestas como derogar la actual Ley del Aborto y restablecer la anterior, eliminar el Canon Digital y sustituirlo por un sistema más justo de protección de los derechos de autor y modificar la Ley de Memoria Histórica para que no pueda ser utilizada como un "circo político". (Copiado al pie de la letra del Mundo)
Hasta aquí nada especial, partiendo que estamos en precampaña electoral, como no sea apreciar que todas estas medidas propuestas por el lider popular afrontan claramente la situación de crisis actual, y con las mismas se conseguirían una notable mejoría en la economía del pais.
El motivo de traer la noticia a este blog es que para ilustrar la entrevista, don Mariano Rajoy se retrata delante del cuadro de la Condesa de Chinchón que pintó Goya y recuerda que él fue el artífice de la compra de este cuadro por el Estado, cuando era ministro de Cultura del Gobierno de José María Aznar.
La foto con que ilustro este artículo no es la que publica el Mundo, sino que he tenido que hacer un montaje porque no he podido acceder a la original.
Pero aprovechando la mención a la compra del cuadro, quiero recordar lo que entonces dijo Francisco Calvo Serraller, y que tituló: “Un sabor agridulce”:
“Aunque si La condesa de Chinchón se hubiera subastado en el mercado internacional habría probablemente batido todas las marcas conocidas, lo que supone que su puja final hubiera, por lo menos, doblado la cifra pagada por el Estado español, no se puede obviar que la obra estaba afectada por la grave limitación de ser inexportable, lo que reducía sustancialmente su valoración económica.
¿Cómo entonces justificar que, durante los últimos años, sabiéndose que estaba el cuadro a la venta y que su comprador posible y razonable no era otro que el Museo del Prado, no se haya hecho nada definitivo al respecto? Hay que tener en cuenta que una actitud más responsable y diligente por parte de la Administración, de este y de otros gobiernos anteriores, habría permitido adquirir la obra en una cifra muy inferior a la actual, lo que, sin duda, es un involuntario fraude al contribuyente. Dicho lo cual, y visto que si no es por las malas nuestros responsables culturales se hacen los suecos, esta compra, absurdamente supervalorada, nos deja, en efecto, un sabor agridulce. Por lo demás, ahí está también el precedente de la compra del Vuelo de brujas, del propio Goya, que, en términos comparativamente menores, también acabó en manos del Estado por un precio que triplicaba el que pocos años antes había conseguido en subasta pública en España.
Todo lo cual no es óbice para escatimar la formidable importancia del retrato de La condesa de Chinchón, obra que pinta Goya en 1800 y que refleja sus más excelsas cualidades psicológicas y artísticas. Tampoco cabe ignorar algo excepcional: que el cuadro estaba en propiedad familiar desde que Goya lo pintó”.