Una icónica tela de Rafael Canogar, encargada por Tierno
Galván para servir de fondo en sus mítines y acabó extraviada, reaparece en
Madrid 37 años después
La obra protagonista de
esta historia fue realizada por Rafael Canogar en
1976 a
petición de Tierno Galván, entonces líder del PSP. Tierno
quería una obra de arte como telón de fondo de sus mítines y Canogar, que
aunque nunca ha tenido carnet de partido ha sido un colaborador activo y
generoso de causas democráticas, se puso a ello. Parece ser que fue Manuel
Morán el encargado de contactar con el artista. Canogar formó un díptico con
dos lienzos de grandes dimensiones, 2 metros de alto por 4.40 de largo; muestra un
friso en el que unos personajes enlutados agitan y entrelazan las manos
formando un muro impenetrable que avanza hacia el espectador, como si de un
batallón civil se tratara. Uno de estos personajes, el cuarto por la izquierda,
es el propio Canogar, el único autorretrato que se le conoce.
Es un trabajo que
recuerda obras tan populares como la inspirada en la Amnistía o La
escapada. En 1975 Canogar había abandonado ya la figuración y
abrazado la abstracción, pero aceptó encantado el encargo. El óleo no tiene
título y aparece firmado en la parte inferior a la derecha y en la posterior
con la fecha de 1976.