PRESENTACIÓN DEL LIBRO “VI CONCURSO DE INVESTIGACIÓN SOBRE CHINCHÓN Y SU ENTORNO- 2010” Y OTROS DOS MÁS.

Ayer viernes tuvo lugar en el Teatro Lope de Vega de Chinchón la presentación del libro que recoge los trabajos premiados en el VI Concurso de Investigación sobre Chinchón y su entorno correspondiente al año 2010.

En este libro se publica el trabajo -galardonado con el primer premio- que tiene el título: “Ocupación y repoblación del territorio de Chinchón en la Edad Media", del que es autor Manuel Carrasco, que  presentaba así su trabajo:

"OCUPACION Y REPOBLACION DEL TERRITORIO DE CHINCHÓN EN LA EDAD MEDIA"

Este es el título de mi trabajo premiado en el Concurso de Investigación sobre Chinchón y su entorno en el año 2010, y tiene este título tan serio porque se trata de un trabajo de investigación histórica. Si fuese un trabajo literario habría tenido otro nombre más atractivo y más comercial como,  por ejemplo: "CHINCHÓN: EL NACIMIENTO DE UN GRAN PUEBLO"

Y en ese caso, habría comenzado más o menos así.

"Corría el año 1302, estamos en los albores del siglo XIV, en plena Edad Media; regía los destinos del Reino de Castilla don Fernando IV llamado el "Emplazado" que a la sazón contaba con tan solo 18 años, cuando cursó las órdenes oportunas para que se iniciase la repoblación de los territorios últimamente conquistados a los moros, al sur de la Sierra, encomendando esta misión a los caballeros de la Municipalidad de Segovia que, tanto y tan bien, habían colaborado con los reyes para la reconquista de estos territorios.

Efectivamente, en aquellos tiempos, los territorios que hoy se conocen como Chinchón, estaban prácticamente deshabitados. Tan solo había unos pequeños asentamientos en la Vega, a lo largo del río Tajuña. La única población de cierta importancia en la zona era Titulcia, entonces conocida como Bayona.  

Por entonces, estas tierras no tenían prácticamente ningún valor porque estaban yermas y apenas si producían para  la subsistencia de los pocos lugareños que ocupaban estos bastos territorios. Era pues necesario repoblarlos para colaborar en el engrandecimiento del Reino de Castilla que ya en aquellos tiempos empezaba a ser el más importante de los reinos cristianos.

Y hasta aquí llegaron los Caballeros Quiñoneros acompañados por sus correspondientes escuderos, dueñas y doncellas; se dividió el terreno en parcelas que llamaron  "Cuadrillas" y empezaron a llegar los colonos que iban a cultivar estas tierras. Estas primeras parcelas estaban en la actual Vega de Chinchón.

Los nuevos colonos, para tener derecho a labrar su parcela o cuadrilla estaban obligados a construir una casa, y empezaron a hacerlo dentro del casco urbano de Bayona, existiendo la orden de que no se podría empezar a construir en otros sitios hasta que no estuviese cubierto todo su casco urbano, que entonces llamaban "Cincho".

Aunque estos territorios estaban ya conquistados a los moros, desde hacía más de 150 años, eran frecuentes los ataques o razias de los musulmanes que hacían incursiones para apoderarse de los frutos y alimentos de los colonos que no tenían medios para defenderse. Los Caballeros Quiñoneros que eran los encargados de mantener el orden y la defensa de los nuevos pobladores, debieron pensar que la solución más práctica era reunir a todos los nuevos colonos que iban llegando, junto con los pobladores de los cinco asentamientos de Eza, Villaverde, Monasterio, San Galindo y el Molar o San Juan; en un nuevo "cincho" más grande, que tuviese capacidad para acoger a todos ellos y que además fuese fácil de defender de los posibles asaltos de las bandas musulmanas.

Y el lugar más idóneo lo encontraron a unos diez kilómetros hacia el levante, más allá de los cerros que circundaban la vega, donde encontraron suficientes manantiales de aguas dulces y abundantes, que garantizaban el suministro para toda la nueva población. 

Construyeron una pequeña ermita que dedicaron a San Esteban y a su alrededor se empezaron a construir las primeras casas para los caballeros, escuderos, dueñas y doncellas y también para los colonos que llegaban desde lejanas tierras y de los asentamientos de la vega del Tajuña;  y así es como nació un pueblo al que había que ponerle un nombre.

En esas épocas no debían dar demasiada importancia a eso de buscar nombre para el pueblo, y empezarían a llamarlo "Cincho grande". Alguien  debió decir  que un Cincho grande era realmente un "Cinchón", y seguro que este pueblo, que crecía muy deprisa, no tardaría demasiado tiempo en ser conocido como "Chinchón".

Y esta es la historia, muy reducida, del nacimiento de nuestro pueblo.

En el trabajo, lógicamente, se cuentan muchos más detalles, algunos de ellos muy interesantes, por eso me atrevo a recomendar que lo leáis y así sabréis cómo nació nuestro pueblo, al que todos queremos y del que, sin duda, todos estamos orgullosos.

Gracias. Muchas gracias”. 

El acto fue presentado por D. José Zumel, Bibliotecario y Archivero de Chinchón, con la presidencia de Dª Rosa Colmenar, Concejala de Cultura y Dª Luisa María Fernández, Alcaldesa de Chinchón.

También se presentó el trabajo del Concurso de Investigación sobre Chinchón y su Comarca -2012. Publicado por el Ayuntamiento de Chinchón, con el título “La represión en Chinchón y su partido judicial. Las políticas de exterminio de derechistas e izquierdistas (1936-1945)", cuyo autor es D. Juan de Avila Gijón Granados.

Asimismo, estaban presentes los autores de los otros dos trabajos del año 2010: D. José Luis Armendáriz Gómez autor de “Enrique Segovia Rocaberti y Sofía Romero: biografía de una pareja olvidada”, que obtuvo el Segundo premio. y

Dª Beatriz García Gaitán, Dª María Ángeles Castillo Carretero, Dª Julia Cuesta Morote y Dª Núria Álvarez Gutiérrez autoras de“Valdericeda: la traída de aguas a Chinchón” , galardonadas con el Tercer premio.

Y por último doña Concepción Mendo Carmona, Coordinadora del Proyecto Phinachi, que presentó el libro “Memoria de la arquitectura", que recoge las “Ponencias de las Jornadas de Patrimonio Histórico Inmueble de Chinchón y Navalcarnero 2010”, además de un resumen de lo que representa el proyecto de Investigación PHINACHI.

Fotografía tomada a la salida del teatro.

Después, en la plaza de Chinchón, ya se estaba preparando la Feria del Libro 2013, que se inaugura hoy, y a la que esperamos que acuda mucho público que podrá adquirir los tres libros presentados, además de otras muchas novedades editoriales.

PAISAJES CON FIGURA: UN GORRIÓN TOMANDO EL APERITIVO EN LA PLAZA.

¡Eh!.... ¡Eh!... ¡si, a vosotros!... Estoy aquí... ¿No me veis? Sí, aquí, encima de la primera mesa... Eso, el gorrión... Y es que ya nadie me hace caso... antes era distinto, ¡A buenas horas nos íbamos a poner al alcance de un niño! Al menor descuido, la pedrada, y tenías que darte por muerto, porque tenían una puntería... Ahora, ni los gatos nos hacen caso. Podría parecer que estamos en jauja, pues no. Efectivamente estamos mucho más tranquilos, pero lo de la comida se nos ha puesto más difícil. Con eso de los pesticidas, apenas si queda algún bichito que echarte al pico... Menos mal que aquí, en la plaza de Chinchón, nunca falta quien se deja unos panchitos o unas patatas en el plato, y desde que se marchan los clientes hasta que llega el camarero a limpiar, siempre hay tiempo para tomarte un piscolabis... A mí me gustan más las aceitunas rellenas... de anchoa, claro; pero tampoco hago demasiados ascos a unas buenas patatas revolconas, ni a unos boquerones en vinagre, ni a los restos de unas buenas sopitas de ajo... y ya puestos, ni a unos callos a la madrileña... Para beber prefiero la cerveza... ¿Que queréis que os diga? a la coca cola no la he llegado a tomar el gusto y los zumos me parecen demasiado dulces... Claro que siempre tengo la Fuente de Arriba para beber un poco de agua si no se ha caído nada de bebida en la mesa....

Pensándolo bien, no está mal esto de tomar el aperitivo en la plaza de Chinchón....

UN LIBRO DE 1777

Se trata de un breviario romano, o sea, uno de los libros que utilizan los sacerdotes para hacer sus oraciones diarias.

Esta editado por Antonio de Sancha, un tipógrafo y editor que fue muy importante en la segunda mitad del siglo XVIII, a quien se hizo un amplio homenaje en la Calcografía Nacional de la calle Alcalá nº 13 en el mes de Julio del año 1997 bajo el título "ANTONIO DE SANCHA, HACEDOR DE LIBROS". 

Como se puede apreciar el libro está en muy buenas condiciones y es una preciosidad en cuanto a ornamentación en su encuadernación.

El libro está escrito en latín, impreso en dos tintas, negra y roja, corresponde al tiempo de Verano y como se puede leer esta editado en Madrid en el año 1777.

Posiblemente su valor aumenta por los grabados, que tiene el libro que son del autor Juan Moreno Tejada y representan distintas escenas bíblicas; todos ellos de una gran belleza y perfecto acabado.

Un libro que he querido compartir con todos vosotros y que espero que os haya gustado.

PAISAJES CON FIGURA: UNA PALOMA ASOMADA A LA CITARILLA DE LA PLAZUELA DE PALACIO.

La verdad es que estoy que trino. Sí, soy la paloma y ya sé que las palomas no trinan sino que zurean, pero es que yo también estoy indignada. 

Aquí estoy viendo este precioso paisaje de Chinchón desde la citarilla de la Plazuela de Palacio, con el castillo al fondo, la plaza abajo y enfrente el Parador de Turismo y la Iglesia del Rosario, y además en este día con un cielo tan bonito con tantas nubes... Pero es que yo estaba acostumbrada a verlo desde lo alto de la iglesia o encima de las campanas de la torre, pero resulta que nos han cerrado todos los huecos y ya no podemos entrar a lo que antes era nuestra casa.

¿Y qué me decís de esa moda que han sacado de poner en todos los dinteles de las ventanas unos artilugios con púas afiladas hacia arriba que si no andas espabilada y te quieres posar en alguna de ellas, te llevas unos pinchazos que te erizan las plumas.

Porque me digo yo: de acuerdo que no somos muy cuidadosas y ponemos en perdición todo con nuestros excrementos, pero ¿qué le vamos a hacer, si somos así y así hemos sido toda la vida?

Estoy viendo que no me va a quedar más remedio que emigrar a otros sitios mejores, aunque entonces dejaré de admirar este paisaje tan entrañable para mí...

¡Qué tiempos aquellos cuando éramos las mensajeras de la paz y la viva encarnación del mismísimo Espíritu Santo! ¡No sé donde vamos a ir a parar!

DÉJAME QUE TE CUENTE...

Hoy se celebra el día del libro. El día 23 de abril fue elegido como Día del Libro y del Derecho de Autor, pues corresponde al fallecimiento de los escritores Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616 (aunque realmente no es así: Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el 23, mientras que Shakespeare murió el 23 de abril...  En esta fecha también fallecieron William Wordsworth (en 1850) y Josep Pla (en 1981). 

La Unión Internacional de Editores propuso esta fecha a la Unesco, con el objetivo de fomentar la cultura y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. La Conferencia General de la Unesco la aprobó en París el 15 de noviembre de 1995, por lo que a partir de dicha fecha el 23 de abril es el "Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor".

Y en este día es costumbre regalar un libro a los amigos, por eso yo también quiero seguir la tradición con este pequeño librito... que es mi regalo para todos vosotros. Por supuesto, es un libro virtual, que he titulado "DÉJAME QUE TE CUENTE..."

Este es el prólogo que he escrito para el libro, en el que intento decir cual es su contenido:

"La mente humana se comporta muchas veces de forma extraña. A lo mejor, la de todos no; pero la mía, sí. 

Cuando me siento delante del ordenador, y hay en la pantalla un documento de Word en blanco, a veces se me ocurren cosas muy raras, que no sé quien me las puede poner en la cabeza, y entonces las escribo, y cuando termino casi no las reconozco, me parece que las hubiera escrito otra persona o que mi mente estuviera abducida por alguien demasiado loco o con una imaginación desmesurada. 

Yo, cuando ocurre esto, procuro poner un poquito de humor, o una pizca de ternura o un pellizquito de sensibilidad, para que esas cosas tan inverosímiles tenga su algo de atractivo. 

Y después, incluso, parece que no me quedan mal del todo. En ocasiones he mandado algunos de estos cuentecillos a certámenes literarios y ¡hasta me los han premiado! Que es lo que yo me digo: ¡Hay gente “pa to”! 

Y como quiero que en mi blog tengas una muestra de toda mi producción literaria, he pensado reunir todos estos pequeño cuentos un poco raros, a los que he intentado poner un título ingenioso; pero hoy debe ser unos de esos días en que mi mente debe estar en mis cabales y no se me ocurrían nada más que títulos bastante vulgares que no reflejaban lo que realmente contenía esta recopilación, en la que hay narraciones que ya han aparecido en otros libros, y otros nuevos, que espero que te gusten. 

Por eso he pensado, ¿Qué mejor título, que lo que quiero decirte?:¡Déjame que te cuente…!" 

Y no te tienes que desplazar. Desde tu ordenador lo puedes encontrar en este mismo blog. Desde hace unos días aparece en la margen izquierda dentro del apartado de "MIS LIBROS DE FICCIÓN". Puedes acceder a él, leerlo y a lo mejor te pasas un rato agradable. Eso es lo que espero...

... Y por supuesto, también quiero regalar una rosa para mis lectoras... y  para mis lectores que le gusten las flores.

FELIZ DÍA DEL LIBRO

PAISAJES CON FIGURA. CISNES EN LA FUENTE ARRIBA DE CHINCHÓN.

No os puedo aclarar cómo ha sido. Estábamos la semana pasada, mi hermano y yo, nadando plácidamente en el estanque del Palacio de Cristal del Retiro de Madrid, y sin saber cómo al día siguiente amanecimos aquí en esta fuente del pueblo sin tener ningún sitio donde cobijarnos. No es que nos quejemos... el sitio es agradable, tenemos, también aquí, nuestros admiradores que de vez en cuando nos echan unas migas de pan o de “pelotas de fraile” o de “tetas de novicia” que son dulces típicos de aquí que están buenísimos... Pero a fuer de sinceros, debemos decir que aunque esta plaza es muy bonita, a nosotros nos gustaba más el paisaje del Parque del Retiro, porque allí había más agua, más árboles, más flores... en una palabra, que a nosotros nos gustaba más... ¡Qué le vamos a hacer!

Por cierto, que se dice por aquí que esta fuente tiene mucha tradición taurina... dicen que aquí bebió agua el célebre torero Frascuelo, y también dicen que sin un mozalbete bebe agua del caño de esta fuente, de mayor será torero... aunque hoy es bastante difícil beber del caño de la fuente, como no sea que te metas dentro del estanque...

Y aquí nos quedaremos, con permiso de la autoridad competente, hasta que el destino... o lo que sea nos traslade a otro lugar... Dios quiera que sea al Parque del Retiro...

"CABEZA VACÍA", un relato de LUISA HORNO.

En estos días en que se celebra no sé si el 75 aniversario del "nacimiento" de Supermán, me he acordado de este relato ganador del concurso de relatos escritos por personas mayores de la obra social La Caixa 2012, que viene bien para conmemorar esta fecha.

“Estoy empezando a desorientarme, a tener vacíos. Siempre he sido muy despistada, como casi toda mi familia, pero esto es otra cosa. Algo desaparece dentro de mi cabeza de súbito, sin avisar. Luego vuelve y ya está. No hago más que pensar en el dichoso alzheimer. A veces me mareo, como si fuera a perder el equilibrio. Pero no me he llegado a caer. Puede que sean tonterías, aprensiones. Manías de mujer de mediana edad con mucho tiempo libre. Desde luego no es estrés, como le encanta decir a todo el mundo. Veremos.

Esta plaza tranquila y soleada me suena. Sus árboles diferentes, el monumento a una mujer guerrera. De qué la conozco. Me gusta. Escojo un banco cercano a la cabina telefónica. Por si tengo que hacer una llamada urgente. Nunca se sabe. He olvidado el móvil en alguna parte.

No sé muy bien qué hago aquí, pero tampoco quiero ir a ningún otro lugar.

Me derrumbo en el banco sin mirar a un chico de aspecto extranjero sentado en el otro extremo. No le digo ni hola y enciendo un cigarrillo. Con aire autosuficiente, saco de mi enorme bolso el cenicero portátil y lo coloco en el asiento, a mi lado. Percibo que el chico me mira con curiosidad, pero me importa un bledo.

Aquí y ahora estoy sentada en un banco al sol, y punto.

Miro a mi vecino de asiento. Unos ojos francos, profundos, me observan con amabilidad bajo una onda de pelo oscuro. Apago el cigarrillo, tapo el cenicero y le ofrezco el paquete abierto. Sonríe negando con la cabeza. Gracias, no fumo, me dice con un acento que no puedo identificar. No parece árabe, ni europeo del norte. Desde luego no es chino, africano ni latino. Pero me resisto a pensar que sea estadounidense por su atuendo sencillo, incluso elegante. Pantalón gris oscuro, camisa blanca, americana de tweed, zapato y calcetín negros. Canadá, le pregunto como una boba, articulando mucho. Vuelve a negar. Australia, sigo en mis trece. No, yo de Krypton, me contesta con bastante claridad. Otro que me quiere tomar el pelo. Pero no importa, acabo de decidir que éste es el primer momento del resto de mi vida.

Me giro hacia él cruzando las piernas y enciendo otro cigarrillo: No serás Supermán, le pregunto algo irónica. De nuevo una sonrisa estupenda. Si, dice, soy Supermán, ahora sin acento ninguno. Y qué haces aquí. Espero por si alguien me necesita, contesta en voz baja. Sigo mirándolo y el cigarrillo me abrasa los dedos. Doy un pequeño grito, lo tiro y me acerco la mano a la boca. El dice disculpa, me coge por la muñeca y roza mis dedos con suavidad. El escozor desaparece. Bueno, tampoco me había quemado mucho. Para no perder el control de la situación, sigo preguntándole: entonces te llamarás Clark Kent, aquí en la Tierra. Me mira como con reconocimiento: Clark Kent, sí. Y eres periodista. Ríe abiertamente: eso fue hace tiempo, al principio.

Los arboles de la plaza han empezado a moverse, las hojas susurran entre ellas. Se está levantando viento. El se sube las solapas de su chaqueta y continúa, más serio: el Sunday Planet ya no existe, Lois tampoco. Me sale la vena cruel: pues tú estás de lo más lozano, si fueras Clark Kent ya tendrías que estar muerto o casi. Me mira como por primera vez: pero tú no sabes, los superhéroes. Ahora río yo: sí, lo sé, pero vamos. Me remuevo incómoda, de pronto el banco es duro y estrecho. La verdad es que no sé qué hacer, si seguir con la broma o marcharme a casa ahora mismo.

Dice no te vayas aún y me quedo quieta, estupefacta. Vuelve a sonreír: seguro que te podré demostrar que soy Supermán. No se qué decir. Me quedo callada, pero él no parece sentirse molesto. Tan normal, tan guapo, con la oscura onda sobre la frente, las solapas alzadas, las manos en los bolsillos, largas piernas estiradas, pies cruzados. Me fijo en los impecables mocasines de piel negra. Pienso que Supermán no llevaría esos zapatos. Me mira de reojo: los he comprado esta mañana en Independencia, musita. El interior de mi cabeza comienza a girar. Casi desesperada, se me ocurre que a lo mejor Supermán puede curar enfermedades -si los vacíos de mi cabeza son una enfermedad-. No creo que se moleste si le pregunto. Mira que si me cura. Y ahora es mi corazón el que galopa.

Sigue haciendo viento, pero no es desagradable. El sol calienta con suavidad. La plaza no está muy concurrida, aún no han salido los niños del colegio. Me acelero de nuevo: van a llegar los niños. ¿Lo conocerán cuando lo vean? Con lo listos que son, sabrán que es Supermán. Imagino una escena maravillosa, muchos niños boquiabiertos rodeando nuestro banco. En ese momento, tras los edificios de enfrente se oye un gran estallido, y segundos después el alboroto de sirenas.

Antes de que me quiera dar cuenta, mi nuevo amigo se ha incorporado y ha corrido a la cabina telefónica. Se mete en ella y cierra la puerta. A quién llamará, pienso tontamente. A quién conocerá Supermán en Zaragoza, quién sabrá su verdadera identidad. Yo, descubro con un orgullo nuevo. Me conoce a mí. Y despacio, como a oleadas, me va invadiendo la ilusión. La ilusión perdida.

Al cabo de un rato, me levanto y me acerco a la cabina. Tras los anuncios pegados a los cristales, parece vacía. Abro la puerta. Sí, está vacía. Pero yo lo he visto entrar. Yo he hablado con él. Yo... A punto de volver el terrible vértigo, me apoyo sobre el teléfono. Intento cerrar los ojos y descubro en el suelo un reluciente mocasín de cuero negro. Lo levanto con cuidado y lo introduzco en mi bolso enorme. Ya muy tranquila me dirijo hacia mi casa. Ahora recuerdo perfectamente el camino”.

Nota: Este relato y los otros que he publicado durante los últimos días en este blog, así como el "Endocarpio dorado" están recogidos en la edición de "RELATOS QUE MERECEN UN LUGAR MUY ESPECIAL", publicado recientemente por la Fundación Caixa.