Todo un espectáculo. Los anocheceres en las todavía largas tardes de los calurosos últimos días del agosto de Chinchón, nos ofrecen la efímera belleza de un cielo que se torna púrpura y tiñe todo el paisaje, que adquiere ante nuestros ojos una categoría sublime.
Un espectáculo gratuito que puedo disfrutar todas las tardes sentado en la terraza, contemplando el maravilloso decorado de la Plazuela de Palacio, con la Iglesia parroquial, el teatro Lope de Vega, donde antaño existió el Palacio de los Condes, y la torre del reloj, que allá por el año 1808 se quedó sin la iglesia de Santa Maria de Gracia, arrasada por las tropas del Mariscal francés.
Hoy día 1 de septiembre tiene una significación personal, 53 aniversario de un día importante en mi vida familiar.