Dice la Real Academia que palique es tener facilidad para la conversación. También equivale a cháchara, conversación y parloteo; o sea, que esto del palique tiene mucho que ver con la relación y comunicación con los demás; eso tan importante que cada vez está cayendo en desuso por la maldita costumbre de encerrarnos en nuestros móviles y contactar con el prójimo a base de mensajes de Whatsapp y, como mucho, mandarles un audio; porque ya ni nos llamamos por teléfono, que era otra forma de dar palique.
Pero esto del palique requiere el diálogo, o sea lo de comunicarnos por Whatsapp no tiene nada que ver con aquello de dar palique.
El palique se da mucho en los escalones de los soportales de la Plaza o en los bancos de la Plazuela de Palacio, porque una de las condiciones para que funcione el palique es sentirse a gusto y relajados.
Y luego, lo más importante es encontrar un tema de conversación interesante y pasarte las horas muertas dando palique con los amigos.
A mi me gusta el palique y hablar de lo divino y de lo humano; pero otra de las condiciones para que funcione el palique, es saber escuchar. O sea, el palique es lo opuesto a los monólogos.
Decía antes que se podía dar palique en la Plaza o en la Plazuela de Palacio, pero también es muy agradable hacerlo alrededor de una mesa, compartiendo unas buenas viandas, sin prisas y procurando que el ánimo y la compañía sean placenteros.
Y un buen ejemplo es el Restaurante que ha bautizado "El Palique" nuestro paisano Jesús López en la plaza de Colmenar de Oreja. Él pone el restaurante y una excelente oferta gastronómica; lo de la compañía y el palique, lo tenemos que poner nosotros.
Y el resultado, os lo aseguro por experiencia, es muy bueno.