El Alcalde y la Corporación municipal tienen la representatividad del pueblo y en ocasiones ejercen esta representación de todos y cada uno de los ciudadanos en los actos en que estos no pueden estar presentes por diversas causas.
Por ejemplo, a una recepción en un organismo público no podríamos asistir todos los vecinos de Chinchón, y en estos casos son nuestras autoridades las que nos representan.
Sin embargo, las autoridades deben tener en cuenta que están representando a TODOS los ciudadanos, y por lo tanto deberían pensarse muy detenidamente el asistir a los actos con alguna significación conflictiva en la que pueda existir disparidad de opiniones entre los ciudadanos del pueblo, sobre todo cuando nada impide que estos puedan asistir, o no, personalmente a estos actos y celebraciones.
En un pueblo habrá creyentes y no creyentes y los primeros podrán asistir a los actos religiosos que se celebren y los segundos no asistirán; por eso, las autoridades no tienen por qué asistir a los actos religiosos como representantes municipales, aunque lo hagan a título personal.
En un pueblo hay aficionados taurinos y ciudadanos a los que no les gustan los toros. Las autoridades no tienen por qué asistir en representación del pueblo a manifestaciones ni pro ni antitaurinas, aunque son muy libres de asistir o no asistir a título personal.
Una cosa diferente es cuando esos representantes municipales actúan como miembros de un partido político; entonces pueden y deben defender las propuestas que han prometido a sus votantes.
Y ya puestos, recordar que las autoridades municipales lo son para todos los ciudadanos, con independencia de si les votaron o no les votaron. Y recordarles también que deben ocuparse de todos ellos, sea cual sea su actividad.
Es normal que se ocupen de las actividades que generan riqueza en el pueblo, pero procurando ser ecuánimes y no beneficiar a unos sectores perjudicando al resto, sobre todo si estos son mayoría.
En estos casos sería saludable que se tuviera en cuenta lo que cada uno aporta a las arcas municipales. Hace ya mucho tiempo, en Chinchón, se gobernaba de acuerdo con los criterios de los agricultores, ahora lo que prevalece es la opinión de los que viven de las actividades turísticas, y el problema es cuando se descuidan los derechos de los demás y la convivencia de todos.
Dicho claramente, queremos que nuestras autoridades nos representen a todos y gobiernen también para todos.