Eso de estudiarse los presupuestos del Estado debe ser un rollo impresionante. Yo, os lo aseguro, ni los he leído. Y, por lo que se oye en los medios de comunicación, deben ser muy pocos los que lo hayan hecho. Yo, que como os he dicho, ni los he leído, si escucho con atención lo que se dice, y por lo oido, cada vez tengo menos claro lo que se va a votar en el Congreso.
Unos dicen que ponen una enmienda a la totalidad, o sea, que no hay por donde cogerlos, que no hay nada positivo; otros dicen que los aprobarían si no se suben los impuestos, parece ser que ningún impuesto, ni directo ni indirecto, y a nadie, ni siquiera a los que ganan mucho; aunque no dicen que partidas habría que anular para cuadrarlos. O sea, que parece que tampoco la oposición se ha puesto a estudiarlos en serio y como mucho los han echado una ojeada, para tener una idea de por donde van los tiros.
Pero resulta, que por lo visto, los detalles de los presupuestos, sus números y lo que representan, es lo de menos. Ahora resulta que lo importante no es si los presupuestos son buenos o malos, lo importante es quién vota a favor de que se aprueben. Y claro, como lo que algunos pretenden es que no se aprueben, no pueden admitir que otros lo hagan, y si además tienen alguna excusa, pues miel sobre hojuelas. Pues ya está; los presupuestos son malos porque van a votar a favor los independentistas de ERC, que son catalanes, y los de Bildu, que son vascos y dicen que herederos de ETA; aunque hayan sido elegidos legalmente y tengan los mismos derechos que ellos.
Como podéis ver, todo incongruencia.
Por cierto, que aquí en Chinchón, no habría ese problema, porque aquí ni está ERC ni Bildu, así que a ver si se animan y los presentan pronto.