Por tercer año consecutivo, Correos emite esta serie dedicada a esos pueblos con encanto que forman parte de la geografía de nuestro país y que viajarán por el mundo adheridos a envíos que se emitan desde España. Este desplegable en forma de acordeón, simulando las tiras de las tarjetas postales antiguas, con formato de fuelle, presenta también el reverso del sello impreso a modo de las traseras de aquellas tarjetas. Este desplegable está compuesto por cuatro sellos autoadhesivos más una viñeta.
Los pueblos elegidos en esta ocasión son: Villanueva de la Jara en Cuenca, Chinchón en Madrid, Fornalutx en Illes Balears y El Castell de Guadalest en Alicante.
Villanueva de la Jara, en la provincia de Cuenca, es un municipio que se remonta a la época de los Reyes Católicos, tras serle concedido el Privilegio de Villazgo, por posicionarse sus vecinos a favor de Isabel la Católica. Entre sus múltiples encantos, se encuentra la Plaza Mayor, eje central del pueblo; también las iglesias de la Asunción y del Carmen o el Convento de las Carmelitas lo hacen digno de ser uno de los pueblos más bonitos de España. Pasear por sus calles es ser testigo de su historia.
Chinchón, es una población madrileña, famosa en el mundo entero, entre otras cosas, por la famosa bebida que adopta su nombre. Pero no solo esto, visitar Chinchón es trasladarse a la Edad Media contemplando su Plaza Mayor o la Torre del Reloj. El castillo de los Condes fue mandado a construir por orden de Diego Fernández de Cabrera y Mendoza, y durante el siglo XX, después de muchos años de abandono, albergó una fábrica de licores.
Fornalutx, es una localidad que forma parte del archipiélago balear, concretamente, de la isla de Mallorca, en plena sierra de Tramontana. Se conoce como “el pueblo más bonito de España” y no es de extrañar, pues sus fincas y edificios de piedra, con tejados rojos, rodeados de naranjos y limoneros, embargan sus calles de un aroma y un entorno inigualable.
El Castell de Guadalest, en Alicante, situado en lo alto de un peñasco a 595 m. de altitud, maravilla por sus casas encajadas en la roca. En 1974 fue declarado conjunto histórico artístico por su composición, su castillo colgado en lo alto de la peña, la antigua muralla medieval o el barrio del Arrabal. Son muchos los turistas de la cercana Costa Blanca, que reservan algún día de sus vacaciones para conocer este rincón del interior alicantino que nunca defrauda.