Yo no sé si las malas noticias suben el colesterol, descontrolan la tensión arterial o suben las transaminasas; pero algo de eso debe haber. Veréis, os cuento. Soy aficionado a los telediarios y, tengo que reconocerlo, me veo varios de las distintas cadenas. También escucho algunos diarios de las radios y repaso varios digitales en internet. Y todos tienen un denominador común: solo se ven, se escuchan o se leen noticias malas.
Crímenes, robos, corrupción, maltrato a los débiles, mentiras, accidentes; en fin todo lo malo que se nos pueda ocurrir, porque ya se sabe que la realidad siempre supera a la ficción.
Sinceramente pienso que algo bueno debe pasar por esos mundos de Dios, pero es que, dicen, eso no es noticia, o por lo menos, vende menos.
Y no solo son los sucesos, ni la política, ni la economía, ni los ecos de sociedad, son todas las noticias de cualquier actividad; incluso si hablan de los espectáculos o de los deportes, todo se muestra desde un ángulo negativo. Lo importante no son los goles de Cristiano o de Messi, lo importante son las salidas de tono de Pique; ni la magnífica dirección del concierto de fin de año, sino las maledicencias de cualquier "famosilla de tres al cuarto" poniendo a parir a su ex.
Todo esto viene a cuento de que en los últimos tiempos estoy hecho un asco; he ido al médico; me han hecho un electro, un "TAC", varios análisis, y hasta una colonoscopia, y, según los sanitarios, estoy perfectamente; así que la única explicación es que lo de estar escuchando tantas noticias malas me debe afectar gravemente a la salud. Eso al menos piensa mi médico, que me mandó a paseo (me dijo que tenia que andar más) y me ha prescrito una dieta blanda, o sea, dos meses de ayuno absoluto de ver cualquier medio de comunicación.
Me ha dicho que los sudokus son menos peligrosos.
Ya os contaré como me va el tratamiento.