He visitado Sigüenza y ¿cómo no? allí todos me han hablado del "Doncel", que está omnipresente en todas las referencias sociales, culturales y económicas de la Ciudad.
"El Doncel de
Sigüenza es el nombre por el que todos conocemos a un joven caballero muerto en
las guerras de Granada, sin embargo, aunque la tradición le ha dado ese nombre,
no fue nunca un “Doncel” ni pasó su vida en Sigüenza. A pesar de esto, la
ciudad que le da nombre guarda complaciente su sepulcro, para uso y disfrute de
miles de turistas que cada año acuden a contemplarlo.
Su verdadero
nombre era Martín Vázquez de Arce, nace en el año 1460, en algún lugar
desconocido de Castilla, pues no está probado que naciera en la propia
Sigüenza. Sus padres, pertenecientes a la nobleza ciudadana, estaban al
servicio de la familia Mendoza, una de las más importantes de la España
Medieval. De hecho, el poder que disfrutaban este linaje en la actual provincia
de Guadalajara era casi completo, muestra de ello son sus magníficos castillos
o palacios. El más importante de estos últimos fue el del Duque del Infantado,
construido en Guadalajara capital, una de las mejores muestras de gótico civil
de la Península. Fue aquí donde Martín recibió una educación, más renacentista
que gótica, a cargo de los Duques del Infantado, a los que sirvió como hizo su
padre.
En aquella
época, no se consideraba deshonroso estar al servicio de un gran noble, de
hecho, era el sistema empleado para ascender socialmente. Por tanto, Martín fue
empleado como paje del Duque, recibiendo una educación renacentista esmerada.
Además
recibió un entrenamiento en el manejo de las armas, pues además su tarea era
defender a su señor y acudir con él a la guerra.
La ocasión
vino cuando los Reyes Católicos proclamaron la cruzada contra el reino de
Granada, llamando a su lado a todos los grandes nobles.
Por este
motivo, el Duque del Infantado llevó con él a sus tropas, entre las que se
encontraban Martín y su padre.
Tras varios
asaltos, en el año 1486, contando Martín 26 años, fue muerto en una escaramuza
contra los árabes. Fue su propio padre quien recogió su cadáver y lo hizo
enterrar en la capilla familiar que poseían en la catedral. Lo curioso es
que Martín tuvo el triste honor de inaugurarla, siendo posteriormente sus
padres, abuelos y hermanos los que le acompañarían para toda la eternidad.
Hemos dicho
que no fue un “doncel” y debemos explicarlo. Un Doncel era la versión masculina
de una “doncella”, y por definición, ni un doncel ni una doncella han
“conocido” hombre o mujer. Martín estuvo casado y tuvo una hija legítima al
menos, además fue nombrado caballero de la Orden de Santiago, como prueba la
cruz roja que luce en sus vestiduras, algo que un doncel no podría haber
conseguido.
A pesar de
este detalle “semántico”, la figura del soldado conocido como “Doncel de
Sigüenza”, no defrauda a nadie, su contemplación tal vez sea una de los mayores
lujos estéticos de la provincia de Guadalajara".