Este año, con luz de día por eso del cambio de horario, se celebró la procesión del viernes santo en la que se reúnen en la plaza mayor de Chinchón todos los pasos de la Pasión y muerte de Jesús.
La Verónica, el "Amarrao" a la columna, la Dolorosa, el Nazareno, el Cristo y el Santo Entierro, se dieron cita en la plaza de Chinchón, como ya es tradición desde los años cincuenta del siglo pasado, cuando el cura párroco de entonces, don Valentín Navío López ideó un acto procesional que diese más realce a la Semana Santa en Chinchón.
Después, llegaría la representación de la Pasión del Sábado Santo y esta procesión, poco a poco fue perdiendo protagonismo en las celebraciones de la Semana Santa.
Aunque las fotografías que hice el pasado viernes, muestran la belleza de las imágenes en el marco irrepetible de la plaza, hay que reseñar que esta celebración procesional está perdiendo, poco a poco, su solemnidad y sobre todo su orden organizativo.
Hubo muchos detalles que pusieron de manifiesto la falta de organización que dieran una mayor prestancia y una importancia que poco a poco se van perdiendo.
Es complicado unir una manifestación religiosa y unos momentos de esparcimiento y gastronomía en un mismo lugar.
Y es que la plaza de Chinchón es un lugar idóneo y un marco ideal para ambas actividades, las procesiones y las terrazas, lo complicado y oportuno, es hacerlas coincidir.
Fotos: m.carrasco.m