Federico García Lorca no sólo cultivo la novela, el teatro y la poesía; también fue un gran aficionado a la música, manteniendo una entrañable amistad con Manuel de Falla, cuando el músico se instaló en Granada. Hizo durante toda su vida una labor de recopilación de canciones tradicionales que popularizó. También puso letra a composiciones de amigos músicos.
Entre sus actividades musicales, podemos destacar la organización del Primer Concurso de Cante Jondo, celebrado en junio de 1922.
Promovido por Falla, Lorca e Ignacio Zuloaga, y apoyado por el Ayuntamiento de Granada, aquel concurso tenía varios objetivos: marcar la diferencia entre el cante jondo – de orígenes antiquísimos, según Lorca y Falla—y el cante flamenco – creación, según ellos, más reciente--; ganar respeto para el cante jondo como arte; preservarlo de la adulteración musical y de la amenaza de los cafés cantantes y la ópera flamenca; premiar a los cantaores no profesionales, y demostrar la influencia que habían tenido el cante, el baile y el toque jondos no sólo en la música española, sino también en la francesa y la rusa.
Promovido por Falla, Lorca e Ignacio Zuloaga, y apoyado por el Ayuntamiento de Granada, aquel concurso tenía varios objetivos: marcar la diferencia entre el cante jondo – de orígenes antiquísimos, según Lorca y Falla—y el cante flamenco – creación, según ellos, más reciente--; ganar respeto para el cante jondo como arte; preservarlo de la adulteración musical y de la amenaza de los cafés cantantes y la ópera flamenca; premiar a los cantaores no profesionales, y demostrar la influencia que habían tenido el cante, el baile y el toque jondos no sólo en la música española, sino también en la francesa y la rusa.
El concurso fue un atrevido intento de conectar el arte musical de Andalucía con el arte “universal”. La fórmula estética de Falla – “de lo local a lo universal”—iba a fijarse para siempre en el corazón de su joven discípulo.
Meses antes del concurso Federico pronunció, para educar al público granadino, una de las conferencias que más revelan sobre su propios principios estéticos “Importancia histórica y artística del primitivo canto andaluz llamado cante jondo”; texto que revisaría años después al leerla en Argentina, Uruguay y en varias ciudades españolas.
Otro fruto de su interés por el cante jondo fue su segundo libro de versos, Poema del cante jondo, escrito en 1921 y publicado una década más tarde. En este libro, como en sus Suites, Lorca explora las posibilidades de la secuencia de poemas cortos. Sin llegar al pastiche, se inspira en la brevedad, intensidad y concentración temática de las coplas del cante jondo, que habían sido para él toda una revelación artística: “Causa extrañeza y maravilla cómo el anónimo poeta del pueblo extracta en tres o cuatro versos toda la rara complejidad de los más altos momentos sentimentales en la vida del hombre”.
Meses antes del concurso Federico pronunció, para educar al público granadino, una de las conferencias que más revelan sobre su propios principios estéticos “Importancia histórica y artística del primitivo canto andaluz llamado cante jondo”; texto que revisaría años después al leerla en Argentina, Uruguay y en varias ciudades españolas.
Otro fruto de su interés por el cante jondo fue su segundo libro de versos, Poema del cante jondo, escrito en 1921 y publicado una década más tarde. En este libro, como en sus Suites, Lorca explora las posibilidades de la secuencia de poemas cortos. Sin llegar al pastiche, se inspira en la brevedad, intensidad y concentración temática de las coplas del cante jondo, que habían sido para él toda una revelación artística: “Causa extrañeza y maravilla cómo el anónimo poeta del pueblo extracta en tres o cuatro versos toda la rara complejidad de los más altos momentos sentimentales en la vida del hombre”.
Entre las canciones que han trascendido hasta nuestros días, podemos destacar: El Zorongo Gitano, La Tarara, Anda Jaleo, Tres Hojas, Sevillanas del Siglo XVII, Los Pelegrinitos, Mozos de Monleón, Morillas de Jaén, En el Café de Chinitas, Nana de Sevilla, Verde que te quiero verde y Los cuatro muleros.
Para esta canción, Federico escribió estas cuatro estrofas.
1
De los cuatro muleros
que van al campo,
el de la mula torda,
moreno y alto.
2
De los cuatro muleros
que van al agua,
el de la mula torda
me roba el alma.
3
De los cuatro muleros
que van al río,
el de la mula torda
es mi marío.
4
¿A qué buscas la lumbre
la calle arriba,
si de tu cara sale
la brasa viva?
Después se hicieron distintas versiones. Yo les ofrezco ahora la interpretada por Maria Antonia Moya, acompañada a la guitarra por Fernando Miguelañez, tomada de su actuación en el Colegio Público “Ciudad de Valencia” de Madrid, en la Velada homenaje a Federico García Lorca con motivo del cincuenta aniversario de su muerte, y que está recogida en la grabación “YO CANTO a FEDERICO”
El video que se acompaña, está ilustrado con fotografías de Granada, realizadas por Manolo Carrasco.