Hay veces que el cronista sabe que no va a poder trasmitir en su crónica el sentimiento y la emoción que se ha vivido en un acontecimiento. Y está es hoy mi sensación. Es fácil narrar cómo se ha desarrollado este homenaje, enumerar todas las personalidades que han asistido y cómo el homenajeado se ha emocionado hasta las lágrimas; pero es muy difícil trasmitir la emoción que han vivido los asistentes que llenaban el teatro Lope de Vega de Chinchón.
Habrá que empezar diciendo que el Ayuntamiento acordó el año pasado poner el nombre de Jose Sacristán a una calle y con ese motivo hacerle un homenaje, pero por causa de la pandemia se fue demorando y ha sido hoy, 29 de octubre de 2022, cuando, por fin, se ha podido realizar.
Estaba anunciado a la torera hora de las cinco de la tarde, y con puntualidad, en este caso no torera sino teatral, a esa hora entraba en el patio de butacas Jose Sacristán acompañado de su familia, que fue recibido por los asistentes con un interminable aplauso que nada tuvo que envidiar a la mayor ovación que él haya tenido en sus innumerables éxitos teatrales.
El acto lo presentó la actriz, dramaturga y directora de escena, Natalia Menéndez, quien dio la palabra al Sr. Alcalde de Chinchón que justificó los motivos de este homenaje que era reflejo del sentir de todo el pueblo. A continuación tomó la palabra la Consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, quien resaltó los valores artístico de quien ella dijo era el más importante de los actores españoles.
A continuación se fueron sucediendo varios vídeos en los que se recordó a sus padres y familiares y su trayectoria artística y personal; y una serie de entrevistas a vecinos, familiares y amigos que contaron anécdotas y vivencias con José, resaltando la época en que vivió en Chinchón.
Hasta hubo un vídeo en el que el “pueblo de Chinchón” se dirigió al homenajeado, agradeciéndole que a diferencia de don Quijote que no se quiso acodar del nombre de aquel lugar de la Mancha, el siempre había recordado el nombre de Chinchón, su pueblo.
Luego, Carlos Goñi, el vocalista del Grupo Revólver, cantó la canción “Sacristan de sacristanes” que ya le había cantado en el Festival de Almagro, narrando la vida y milagros del actor, además de recordar todas las vivencias que habían vivido juntos.
Subió, por último, José Sacristán al escenario, para decir que esta era la ocasión en que más emoción y sentimiento había sentido pensando en todos los seres que ya no estaban aquí, y que no era el momento de extenderse demasiado porque no sabía si lo podría resistir.
Después de otra larga ovación con todo el público puesto en pie, salimos a la calle que desde ahora se llamará Jose Sacristan. Es la calle que baja de la calle Canteras a la Plazuela de Palacio, entre la iglesia y el teatro; un tramo de calle que hasta ahora correspondía al Callejón de Don Florencio. Allí se descubrió la placa de la calle, obra de Ángel Simón Quicile.
Seguidamente, José Sacristán, ejerciendo de pregonero, dijo que a partir de ahora, por esa calle no podrían pasar los fascinerosos, los hombres de mal vivir, los que no ayuden a los necesitado... en una palabra, que por esa calle solo podrían circular los hombres (y mujeres) de bien.
Pero faltaba un detalle más. Enfrente de la efigie de la Virreina, a la entrada del teatro se descubrió una escultura en la que se ve a un niño sentado en la delantera de gallinero que está viendo una película... Esta escultura, de Miguel Ángel Laguna Villalobos rememora aquel día del mes de diciembre de 1943, cuando el niño José Sacristán, sentado en el número 1 de gallinero, veía por primera vez una película y nacía su vocación de actor.
Como el aforo del teatro es reducido se instaló una pantalla gigante en la fachada del Ayuntamiento para que pudiera seguirse todo el acto del teatro; luego el público acudió a la plazuela de Palacio que presentaba una amplísima concurrencia.
Jose Sacristan, muy emocionado, agradeció a todos el cariño que estaba recibiendo. A continuación se sirvió un vino español a todos los asistentes.
Como sorpresa final, también se colocó una réplica de la estatua precisamente en la delantera de gallinero donde el estuvo sentado de niño.
Para terminar, hay que felicitar a los componentes del Grupo Arco Iris que han sido los artífices del guión y la realización de todo el acto, y al Ayuntamiento de Chinchón promotor del mismo.
Y ¿cómo no? Felicitar a Jose Sacristán por este homenaje y sobre todo por haber tenido la ocasión de conocer el cariño de todo su pueblo.