El tío Silverio era un caso; eso al menos decía su mujer, la señora Eduvigis. No había quien le hiciese moverse; si por él fuera, decía su esposa, no se movería de la silla en todo el día. Y además no había quién le convenciese de lo malo que era eso del sedentarismo.
Él argumentaba que le dolían las rodillas y que como mejor estaba, cuando no estaba acostado, era sentado en la silla, tan ricamente. Y no hacia ni puñetero caso a su esposa, que no por eso había desistido de su intento de que su marido hiciese algo de ejercicio.
Como pasaba el tiempo y no lograba ni el más mínimo avance en su vano empeño en hacer mover al tío Silverio, se le ocurrió una artimaña, que pensó podía darle los frutos apetecidos.
Se le ocurrió un día que en la tele ponían una sesión de circo.
- Si se puede domar a un tigre, se dijo, ¿Por qué no se va a poder domesticar a una mosca?
Y se puso manos a la obra.
Y, oye, era más difícil de lo que había pensado. No es que fuese difícil domesticarla,no; el problema estaba en que duraban solo poco más de quince días, y cuando habían aprendido, se morían.
Consultó con un amigo veterinario, quien le recomendó una vitaminas que alargaban un cincuenta por ciento más la vida del insecto. Y empezó a hacer sus experimentos.
En la cama eran totalmente efectivas. Las había enseñado a posarse sobre los párpados, luego en la comisura de los labios y en las orejas; al minuto, poco mas, el tío Silverio no aguantaba mas y se levantaba, refunfuñando eso si, pero se levantaba.
Lo de la silla era mas complicado. La mosca de turno, lo que se dice molestar, molestaba, pero él se agenció un periódico primero y una palmeta después y la señora Edivigis no daba a basto a domesticar moscas, que poco a poco eran abatidas por su marido que había depurado su arte en la caza de la mosca, que el no sabia que eran amaestradas.
La señora Eduvigis tuvo que tirar la toalla, porque tanto trabajo no compensaba para los resultados que conseguía. Ahora, dicen que anda amaestrando ratones, que duran mucho mas y que además al tío Silverio les dan mucho asco.