Es muy bueno, y necesario, tener sentido del humor, para sobrellevar la vida rutinaria en este valle de lágrimas. Y, dado el caso, nos podemos reír de casi todo, incluso de cuando vemos que el prójimo se da un tortazo contra una farola.
Pero ahora está de moda en televisión programas que se auto titulan de humor, y muchas veces, maldito la gracia que tienen. El Hormiguero, El intermedio, Todo es mentira, y algunos más que ahora no me acuerdo... pero también otros de noticias o de divulgación, adoptan un estilo jovial y dicharachero en que parecen tomarse todo a broma, con chascarrillos, risitas y gracietas por parte de los reporteros, que muchas veces ponen en evidencia a los entrevistados.
No estoy hablando de los programas de chistes o sketch’s tradicionales, que tengan más o menos gracia, ya sabes lo que vas a ver.
Me estoy refiriendo a esos programas que abordan asuntos serios e importantes de forma superficial, irónico, incluso, hiriente e insultante, cuando el objeto de mofa no puede defenderse.
Muchas veces llegan a la falta de respeto y la injuria, pero como es una “broma”, como es en un programa de humor, parece que todo vale. Y el problema está cuando a esos programas de humor les falta el ingenio. Yo recuerdo aquel programa de canal plus, “Los Guiñoles” que podían er hirientes en algunas ocasiones, pero eran ingeniosos y con guiones cuidados y bien construidos.
Vamos que a mi, esa clase de humor no me gusta, sobre todo cuando el humor está carente de ingenio y gracia, y se convierten al final en ordinarios, irrespetuosos y en burdos ejemplos del mal gusto.
Y es que para ser humoristas hace falta ingenio y bastante inteligencia... y eso, desgraciadamente, no abunda demasiado. Y hay que ver la cantidad de sandeces (en Chinchón se dice tontunas) que hay que oír muchas veces en estos programas...