Viajar hasta el Castillo de Villandrý te ofrece la oportunidad de ir contemplando los cuidados campos que circundan el valle del Loira, con casas de labor, bosques frondosos e, incluso, la blanca humareda de una nube de vapor que se desprendía de una central nuclear .
En el jardín ornamental el boj forma setos de símbolos musicales y sobre todo corazones, volutas, mariposas, abanicos… alegorías del amor tierno, del apasionado, del fugaz o del trágico.
El jardín del agua es el más tranquilo del recinto: el estanque juega un papel preponderante; el ruido de las fuentes y los grandes espacios de césped aportan calma y tranquilidad. Es el más apacible, ideal para reponer fuerzas o ¡soñar!
La huerta decorativa mezcla flores y verduras, regularidad de los planos en damero y multitud de plantas. Al hilo de las estaciones, los cultivos se suceden proponiendo un cuadro vegetal en tres dimensiones, renovado constantemente.
El señorío de Villandry pertenece a la familia Carvallo, de ascendencia española, desde 1906. A principios del siglo XX, Joachim Carvallo restituyó los jardines del Renacimiento, quitando el parque a la inglesa del siglo XIX. El castillo de Villandry tiene una atmósfera agradablemente familiar, cada habitación retraza una época con su mobiliario y su cuidada decoración.
Fotos: m.carrasco.m