En estos días en que hemos entrado de verdad en el invierno, y siguiendo nuestro periplo turístico por los pueblos que tienen unas características peculiares, hoy nos vamos a acercar a este pueblo de Guadalajara.
Aunque Calamocha tiene el récord del pueblo más frío de España desde que el 17 de diciembre de 1963 registrara la temperatura mínima más baja, en un lugar habitado, de 30 grados bajo cero, sin embargo, Molina de Aragón es el mejor candidato como pueblo más frío de España por sus mínimas de 3 grados y medio bajo cero que tiene de media a lo largo de los meses de invierno, además de las nevadas y heladas que suelen dejar en blanco la belleza de su conjunto histórico.
La villa de Molina de Aragón se sitúa en el extremo oriental de la provincia de Guadalajara, a unos 140 kilómetros de la capital y prácticamente lindante con los territorios aragoneses de Zaragoza y Teruel y tiene una población de unos 3300 habitantes.
Molina de Aragón constituye un conjunto histórico de indudable valor artístico y monumental, con su casco urbano fraguado en el medievo y cuajado de monumentos religiosos y civiles, entre los que se encuentran: el barrio de la judería y de la morería; la aljama judía; las iglesias de S. Miguel, San Martín, San Felipe o San Pedro; los palacios de Los Arias, el de Montesoro o el de Molina; las casas solariegas de Fernando Muela y Fino Laíz o la de los Comuneros y edicios como el de Los Escolápios.Forman parte también de la fisonomía de la villa la abundante heráldica que adorna sus fachadas, sus puentes y sus fuentes.
Particular mención merece su castillo ubicado en la ladera de la colina, reconstruido sobre el antiguo alcázar musulmán. La fortificación forma en planta un cuadrilátero irregular en cuyo interior había un amplio patio con aljibe y pozo por el que se llegaba a diversas estancias, como la capilla de San Andrés.
Tiene Molina de Aragón, ademas un entorno paisajístico de gran belleza y es un lugar de un gran valor cinegético.
Pero también hay que resaltar su gastronomía:
La gastronomía tiene sus raíces en la cocina tradicional castellana, pero han sabido mantener su propia identidad.
El morteruelo es probablemente la preparación estrella, se elabora con hígado de cerdo y otras carnes de caza menor, y los Zarajos, uno los platos típicos de la gastronomía de Molina de Aragón.
De los ríos se obtienen truchas, cangrejos y ranas, con los que se elabora una gran variedad de deliciosos platos.
Por último, durante la temporada de setas, los restaurantes se inundan de preparaciones con ellas. Especialmente consumida es la trufa negra, un exquisito y exclusivo manjar.
Aunque hay una gran variedad de dulces y postres típicos, hay uno que destaca por encima del resto.Se trata de las patas de vaca, un bizcocho con mucha crema pastelera.
Nota: las fotos están seleccionadas de internet, aunque hay algunas cedidas por D.P.M. Gracias.