Hoy día en el que la Iglesia Católica celebra la festividad de Todos los Santos, es costumbre visitar los cementerios para rezar por los familiares muertos. Yo he querido tener este recuerdo para mostrar una panorámica del cementerio de Chinchón, y aprovechar para contaros un poco de su historia.
“El cementerio del pueblo estaba en pleno casco urbano, junto a la Iglesia de Santa María de Gracia y enfrente de la torre. La junta de Sanidad temiendo que el enterramiento de los fallecidos por la epidemia de cólera, podría crear un foco de infección dentro del propio pueblo, propone a la Iglesia la construcción de un cementerio en despoblado, eligiéndose un terreno a medio kilómetro al norte de la población, junto a la ermita de San Ana. Eligieron una parcela cuadrada de ciento cincuenta pies de lado. El nuevo camposanto fue bendecido por el párroco don Nicolás Montes el día 13 de julio de 1834, y al dial siguiente fue sepultado el cadáver de Marcelino de la Cruz.
Poco después se construyó la tapia del cementerio, subastándose estas obras y las de la restauración del ermita, ajustándose en el precio de 12.512 reales siendo adjudicadas al contratista Antonio Mendoza. Como la parroquia no disponía de dinero por las obras de restauración de la iglesia, lo adelantó el Ayuntamiento, de los fondos del pósito, devolviéndolos la parroquia al año siguiente”. (Datos sacados de “Crónica de Chinchón” publicado en el año 2011)
Aprovecho para invitaros a leer otra página de este blog que dediqué también al cementerio de Chinchón:
Este es el enlace: http://manolo-eleremita.blogspot.com.es/2011/10/el-cementerio-de-chinchon.html
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