Desde que llegaba la primavera hasta el 25 de julio, después del encierro del día de Santiago, los cielos de Chinchón se llenaban de grandes bandadas de vencejos que se encargaban de limpiar el aire de insectos, en competencia con las golondrinas.
Este año casi han desaparecido. ¿Por qué?
Hay quien dice que por los insecticidas que han disminuido sensiblemente los insectos; el caso es que el cielo de Chinchón se ve más limpio de pájaros, con la excepción de las palomas que siguen campando a sus anchas.
El próximo día 25 ya no tendremos que despedir a los vencejos hasta el año que viene.