Este año la celebración del Corpus ha coincidido con la noche de San Juan, en que se celebran las conocidas “Hogueras” en muchos lugares de España. Eso nos hace recordar la perdida tradición que en Chinchón se celebraba la noche del miércoles anterior al día del Corpus Christi. En Chinchón se llamaban las “Luminarias” del Corpus.
Cuando el día del Corpus era uno de los tres jueves que “brillaban más que el sol”, era día de precepto y festivo en toda España, en la noche del miércoles anterior, por todas las calles de Chinchón se hacían hogueras, que aquí se llamaban luminarias, en las que se quemaban los trastos viejos que se iban acumulando durante el año en cámaras y desvanes.
En esa noche, las llamas llegaban a sobresalir por encima de los tejados y los jóvenes iban visitando todas ellas para saltar por encima del fuego, entre los aplausos de los curiosos, la admiración de las mozas y el temor de los niños que asistían aterrorizados a este macabro espectáculo en el que, los mayores contaban, se representaba el triunfo de lo nuevo sobre lo viejo y de la luz de la vida sobre las sombras de la muerte, por la fuerza vivificadora del fuego.
Una de tantas tradiciones que se han de han ido perdiendo en Chinchón, posiblemente porque han quedado obsoletas y faltas de justificación. Las tradiciones no se pueden mantener artificialmente cuando han perdido su vigencia y es mejor recordarlas con añoranza mientras permanezcan en nuestra memoria o las encontremos escritas en las crónicas de tiempos pasados.
Quede pues esta pequeña crónica como recuerdo de aquellos ya lejanos tiempos en que se esperaban con ilusión las luminarias del miércoles anterior al día del Corpus.