Dicen que hoy estamos en una ola de calor, o sea, como casi siempre a finales de julio, pero con estadísticas. Y el calor se ha presentado para darnos la solución a esto de los confinamientos. Con más de 40 grados al sol, a ver quién es el guapo que se atreve a salir a la calle. Así que lo único que hay que hacer es mantener eso temperatura durante todo el día y la noche para que todos nos quedemos en casita con el aire acondicionado o el ventilador, que para estos casos también es un remedio.
Y es que otros remedios están resultando infructuosos. Vemos a gente sin mascarilla, sin guardar las distancias y reuniéndonos en masa, sin atender a las restricciones recomendadas. Menos mal que la señora Ayuso nos va a dar una cartillita a los que hemos pasado el Covid para que podamos pasearnos a nuestro antojo y dar “higuitas” a los sanos, que con este efecto llamada, seguro que se afanan en infectarse para después tener también su “salvoconducto” para pasear libremente por donde les venga en gana.
Aunque ahora el vice de la Comunidad dice que no, que la cartilla es solo para controles médicos y que eso de pasearse libremente aunque tengas anticuerpos, va a ser que no, que hay que cumplir las normas.
Así que sin la cartilla, solo nos queda ya el calor como único efecto disuasorio para el confinamiento. Porque no voy a proponer desde aquí que se apliquen las sancionase monetarias en su grado máximo que tampoco nuestra economía está para muchas alegrías.
Y además, esto del calor no es como lo del virus que no sabemos cuándo va a terminar; seguro que a mediados del,próximo mes de enero echamos de menos un poquito de este calor de hoy.
Ayer por la mañana, muy de mañana, me di una vuelta por Chinchón y me encontré con esta fuente que han colocado en una casa de la calle Gabriel Galán. Si es por la mañana y antes de que apriete el calor, todavía se puede dar un paseo por el pueblo... y contarlo.