Una tarde soleada de este plácido otoño que hemos vivido y que ya parece que termina, acompañados por unos amigos que nos servían también de guías, visitamos estos parajes de la comarca de Calatayud, en la provincia de Zaragoza.
Estas tierras ricas en agua, que han ido labrando durante miles de años su orografía, y nos han dejado unos paisajes únicos y solo conocidos por unos pocos aventureros que los han podido descubrir.
Siguiendo el páramo calcáreo de esta parte de la serranía que nos lleva de Jaraba -otra tierra de balnearios- a Calmarza, donde el agua y la actividad karstica han ido labrando una serie de barrancos a lo largo del río Mesa, llegamos al Barranco de la Hoz Seca, donde se encuentra el Santuario de Ntra. Sra. de Jaraba, con su casa del Santero, y a lo largo de varios kilómetros vamos a encontrar desde pinturas rupestres al avistamiento de gran variedad de aves rapaces.
Sobre las altas paredes de los cortados laterales podemos ver las formas caprichosas que ha ido formando la erosión y los colores de las calizas que se han impregnado en la piedra, haciendo contrate con los verdes de las hojas de los árboles que en estos días empiezan a teñirse de un dorado amarillo que realzan los últimos rayos del sol que empieza a desaparecer por lo alto de los peñascos de los desfiladeros.
Una sinfonía de colores que nos irá acompañando hasta que lleguemos a nuestro destino, el pequeño pueblo de CALMARZA, donde nos espera una pobre iglesia románica y la "poza redonda" que nos hará recordar las cascadas del MONASTERIO DE PIEDRA, aunque siempre con la humildad de un paraje sólo conocido por los lugareños y los pocos privilegiados que logra llegar hasta aquí.
Buscaros a un amigo que conozca la zona y animaros a repetir la excursión. Merece la pena, y mucho,