Cuentan las crónicas antiguas que el monarca Abd al-Rahman III, viendo cómo su favorita Al-Zahra, sentía nostalgia de las nieve de Elvira, su tierra natal, cerca de Granada, mandó sembrar cerca de Córdoba, en las estribaciones de Sierra Morena gran cantidad de almendros, para que en la primavera el paisaje se hiciera blanco semejante a la nieve granadina.
Y allí mandó construir una medinat, una ciudad esplendorosa que en nada envidiaba a los palacios de la dinastía Abbasiden en Bagdad.
Tardaron en construir esta ciudad cerca de cuarenta años y allí se emplearon más de 10.000 trabajadores.
Sin embargo, la vida de la ciudad no fue larga, pues tan solo durante treinta años estuvo allí el centro del poder.
Lo que hoy podemos ver solo son los fragmentos de esa gran ciudad palaciega que fue Medinat Al-Zahra, hasta que la sede del gobierno se trasladó por Al-Mansur en el año 981.
En el siglo XI Medina Azahara fue destruida por los soldados bereberes.
Después, esta hermosa ciudad fue un sitio de expolio y sus piedras y sus mármoles sirvieron para construir los palacios y los templos que se fueron construyendo en Córdoba.
Ahora se esta llevando a cabo una reconstrucción de muchas de las dependencias de esta ciudad, aunque el empeño debe ser, necesariamente, largo y costoso.
Se puede visitar, tanto el yacimiento arqueológico como el museo de Medinat al-Zahra, en donde se pueden admirar algunas de las piezas que se lograron descatar.
Una excursión ineludible si llegas a Córdoba,
Las fotos, de m.carasco.m.