En el año 1900 Chinchón tenía una población de 5074 habitantes. Eran años de bonanza económica, cuando la Sociedad de Cosecheros de Vino, Vinagre y Aguardiente de Chinchón, más conocida como “ La Mojona” llegó a su mayor actividad, controlando toda la economía del pueblo.
El descenso de población se acentúa en la posguerra, cuando la agricultura empieza a perder preponderancia; no se realiza la concentración parcelaria, no llega la industria y se inicia un éxodo a la capital para buscar trabajo. En este tiempo el nivel económico del pueblo se deteriora, lo que repercute directamente en el deterioro del casco urbano.
Otra circunstancia tuvo una influencia fundamental en la evolución económica en la posguerra. El hecho de que Chinchón hubiese estado durante la guerra en zona republicana motivó que se perdiesen prácticamente todos los ahorros de sus habitantes, al no ser reconocido por los vencedores el dinero emitido por la república. Si a finales del siglo XIX en Chinchón había invertido en Deuda del Estado más de 8 millones de reales, al terminar la guerra civil se tenía que partir de cero, con lo que las inversiones en mejorar las industrias y las explotaciones agrícolas tenían que esperar a la generación del capital necesario.
Este descenso de la población continúa el declive hasta llegar al año 1991 con solo 3997 habitantes, la cifra más baja del siglo.
Desde entonces se inicia un tendencia alcista, hasta llegar a los 5447 del año 2014. En el año 2016 ha habido un pequeño descenso de 153 personas para llegar a las 5294 personas censadas en este año.
La situación de precariedad de estos años de la posguerra, tiene, en cambio, una repercusión positiva en el urbanismo, ya que en Chinchón no ocurre lo que en otros lugares, donde el desarrollo arrasa la fisonomía de los pueblos. En los últimos 125 años la "imagen" de Chinchón, prácticamente no ha cambiado, como se puede comprobar en el telón de boca del Teatro Lope de Vega, (Pintado en 1890) donde la vista desde la plaza es idéntica a la que podemos ver hoy.
Esta circunstancia, unida a la peculiar urbanización del pueblo que, por estar en las vertientes de varias montañas, le dota de unas perspectivas comunes con otros pueblos de características similares, también considerados como los más bonitos de España, como pueden ser Sigüenza en Guadalajara, Casares en Málaga e, incluso, la misma Granada.
Esta es una de las causas de que el turismo se haya convertido el motor del crecimiento del pueblo, a la que podemos añadir el tirón del Parador de Turismo y la gran oferta gastronómica que coincide con esas mismas fechas.
Hay otras circunstancias que han ayudado al crecimiento de la población: la llegada de inmigrantes, que llegaron a suponer hasta casi un 14% de la población, y la llegada de vecinos a las urbanizaciones como el Nuevo Chinchón, y la rehabilitación llevada a cabo del casco urbano dotando a Chinchón de nuevas viviendas, que se llevó a cabo en los últimos años anteriores a la crisis económica.
El descenso de población se acentúa en la posguerra, cuando la agricultura empieza a perder preponderancia; no se realiza la concentración parcelaria, no llega la industria y se inicia un éxodo a la capital para buscar trabajo. En este tiempo el nivel económico del pueblo se deteriora, lo que repercute directamente en el deterioro del casco urbano.
Otra circunstancia tuvo una influencia fundamental en la evolución económica en la posguerra. El hecho de que Chinchón hubiese estado durante la guerra en zona republicana motivó que se perdiesen prácticamente todos los ahorros de sus habitantes, al no ser reconocido por los vencedores el dinero emitido por la república. Si a finales del siglo XIX en Chinchón había invertido en Deuda del Estado más de 8 millones de reales, al terminar la guerra civil se tenía que partir de cero, con lo que las inversiones en mejorar las industrias y las explotaciones agrícolas tenían que esperar a la generación del capital necesario.
Este descenso de la población continúa el declive hasta llegar al año 1991 con solo 3997 habitantes, la cifra más baja del siglo.
Desde entonces se inicia un tendencia alcista, hasta llegar a los 5447 del año 2014. En el año 2016 ha habido un pequeño descenso de 153 personas para llegar a las 5294 personas censadas en este año.
La situación de precariedad de estos años de la posguerra, tiene, en cambio, una repercusión positiva en el urbanismo, ya que en Chinchón no ocurre lo que en otros lugares, donde el desarrollo arrasa la fisonomía de los pueblos. En los últimos 125 años la "imagen" de Chinchón, prácticamente no ha cambiado, como se puede comprobar en el telón de boca del Teatro Lope de Vega, (Pintado en 1890) donde la vista desde la plaza es idéntica a la que podemos ver hoy.
Esta circunstancia, unida a la peculiar urbanización del pueblo que, por estar en las vertientes de varias montañas, le dota de unas perspectivas comunes con otros pueblos de características similares, también considerados como los más bonitos de España, como pueden ser Sigüenza en Guadalajara, Casares en Málaga e, incluso, la misma Granada.
Esta es una de las causas de que el turismo se haya convertido el motor del crecimiento del pueblo, a la que podemos añadir el tirón del Parador de Turismo y la gran oferta gastronómica que coincide con esas mismas fechas.
Hay otras circunstancias que han ayudado al crecimiento de la población: la llegada de inmigrantes, que llegaron a suponer hasta casi un 14% de la población, y la llegada de vecinos a las urbanizaciones como el Nuevo Chinchón, y la rehabilitación llevada a cabo del casco urbano dotando a Chinchón de nuevas viviendas, que se llevó a cabo en los últimos años anteriores a la crisis económica.