No veáis como se está aquí a la sombrita cuando aprieta el calor en estos días de primavera. Tengo que reconocer que soy algo sibarita y me conozco bien todos los rincones. Aquí, en la esquina de la Cuesta de Machaco y la calle del Alamillo Alto... Sí, ya sé que no se llama “Cuesta de Machaco”, sino “Subida a los Alamillos”, pero a mí me gusta recordar a mi amigo Florentino, a quien todos llamaban “Machaco”, que vivía en esta cuesta, un poco más abajo.
El caso es que me paso aquí las horas muertas... como por aquí no pasan coches... ni carros... bueno, ni casi nadie, como no sea algún turista de esos que se paran aquí para hacer una foto de la torre... A mí me parece que no es para tanto, pero quizás sea porque lo tengo muy visto, pero la gente que pasa por aquí dice que es una panorámica preciosa... Tendran razón...
Acabo de tomarme un piscolabis... No, de ratones y pájaros, nada... Una buena latita de comida preparada para gatos, que estaba buenísima... hoy tenía sabor a higadito de ternera... Y es que ¡cómo vivimos hoy día los gatos..! Nada de la panza recortijada que nos daban antes, ni pájaros que eran tan difíciles de cazar... ni, por supuesto, ratones... ¡Uf qué asco! Ahora como con los amos... siempre que tengan una comida aceptable, porque si no, me pongo zalamero con el ama y me abre una latita...
Lo dicho, que hoy en día los gatos vivimos como curas,,,
Permitidme, que me voy a echar otra siestecita hasta la hora de la comida... Y podéis admirar esta vista, que ya digo que gusta mucho a los forastero....