Yo, tengo que confesarlo, cuando era mucho más joven, bastante más; cuando perdía el Real Madrid, esa noche no cenaba. Luego, ya no; y es que debía ir haciéndome un poco sabio, o al menos, más sensato, porque ya se sabe, que con las cosas de comer no se juega.
Ahora ya ceno y como con normalidad sin que los resultados deportivos influyan en mi dieta. Después de que el Celta eliminase al Madrid me comí unos huevos revueltos con setas y me sentaron divinamente.
Pero al día siguiente, y eso que cuando pierde el Madrid no suelo ver los espacios deportivos de la tele; al día siguiente, digo, estuve escuchando lo que decía la prensa catalana del partido. Claro que no difería demasiado de lo que dice la prensa de Madrid cuando pierde el Barcelona; y realmente me sonó... desagradable, por decirlo con un poco más de ponderación de los términos que ellos utilizaban.
Y es que como decía en el título, estoy a puntito de olvidarme del fútbol y no escuchar a esa pandilla de energúmenos que son muchos de los comentaristas deportivos que son incapaces de hacer un análisis medianamente sensato de lo que ha ocurrido en el campo de juego.
Claro que, también, son fiel reflejo de los comentarios que se pueden oír a los aficionados, en los que se escuchan muchos más insultas y descalificaciones que opiniones deportivas.
Yo pensé que este año Cristiano Ronaldo se merecía el balón de oro por sus méritos en la campaña anterior, pero también pienso que Messi es mejor jugador; eso al menos pienso y soy madridista. Por eso, me parece inaceptable que se critique a Raúl por decir que Messi es muy bueno (que lo es) y por eso se le tache de antimadridista.
Nada, que estamos llegando a tampoco poder escuchar los deportes, como ya no podemos hablar de política, ni de casi nada, sin llegar a las manos, por "un quíteme de aquí aquellas pajas"...
Lo dicho, que estoy a tantito, a tantito así...