Corría el año de
gracia del dos mil doscientos cuarenta y cinco, y las ciencias habían avanzado
que eran una barbaridad. Después de amplios y agrios debates en todos los
Congresos nacionales, hoy se votaba la resolución en la Asamblea General de las
Naciones Unidas. Y es que la polémica suscitada por el tío Afobinio había
traspasado nuestras fronteras, incluso las de la Comunidad Europea, para llegar
a las más altas instancias mundiales.
La cuestión era,
aparentemente sencilla. Unos cien años antes, los científicos habían ideado un
dispositivo que se empezó a implantar a algunos niños de forma experimental,
cuando eran recién nacidos; con el cual las funciones vitales del ser humano
funcionaban como las de un ordenador.
En la muñeca
del brazo izquierdo, a modo de un diminuto reloj, había tres botones:
"ON", "OF" y "RESSET". Como fácilmente se puede
deducir, estos botones permitían poner en marcha, parar, e incluso,
"resetear" al individuo, en función de sus necesidades vitales.
El
experimento tuvo muchos problemas y casi todos los niños rechazaron el
implante, con lo que hubo que retirarlo. Tan solo funciono perfectamente en
Afobinio, un niño burgalés, que con el invento llego a alcanzar la mágica cifra
de los ciento veinte años y se convirtió en el hombre más longevo de la
humanidad.
Pero un día
el tío Afobinio como ya se le conocía en todo el mundo, decidió que iba a
pulsar definitivamente el botón "OF" de su muñeca izquierda.
Primero los
obispos, después las autoridades conservadoras que regían las naciones desde
hacía décadas, y después la mayoría de los tertulianos de las televisiones se
oponían a que el pobre anciano cumpliese su deseo.
La opinión
generalizada era que se hiciese un nuevo "reseteo" y tirase unos
añitos mas.
Él decía que
ya no era lo mismo, sus nietos eran demasiado viejos, habían muerto hasta los
hijos de sus amigos y ni la televisión ni el fútbol le interesaban ya. Y estaba
decidido.
Y como ya
digo, hoy se va a votar en Nueva York si se autoriza al tío Afobinio pulsar el
dichoso botoncito.
Pero han
tenido que suspender la votación. La noticia abrió todos los telediarios.
"El tío Afobinio, esa misma noche, se había desconectado"