94.- Juan López Robredo. (Personajes)
En la calle de
Morata, en la fachada del número 53, nos encontramos con un escudo de piedra en
buen estado de conservación. Es el escudo de armas de la familia López Robredo,
esta es su descripción:
Escudo cuartelado. En el primer cuartel, de azur, castillo de plata, saliendo
de su homenaje brazo armado de espada. En el segundo, de oro, cinco escobas de
sinople atadas de gules. En el tercer cuartel, de plata, árbol de sinople
terrazado con tres martillos, uno en las ramas y otro a cada lado; y en el
cuarto, de oro, una banda de gules y en su hueco superior, león de su color.
Puesto sobre águila de oro linguada de gules, sobre la que hay un busto con
yelmo de caballero. Entre las personas que llevaron este apellido, se destaca
don Manuel Gregorio López-Robredo Gómez del Puerto, que en el año 1772 se
avecindó en Chinchón. Era natural de Toledo y procedía de Madrid. Se casó con
doña María Nieto, natural de Chinchón.
D. Manuel López de Robredo, era bordador de palacio y en el año 1783, fue
alcalde de Chinchón por el estado noble. Murió el año 1788.
D. Juan López
de Robredo, su hijo, bordador de cámara del Rey Carlos IV, como su padre, y gran amigo personal de la
familia Goya. Consiguió, tras varias solicitudes, que le fuese concedido el uso
de uniforme bordado como tenían los pintores, escultores y diamantistas de
cámara, para subrayar su categoría social. En el año 1798, Francisco de Goya le
haría un retrato con su uniforme de bordados diseñado por él mismo. En el
retrato aparece con los bocetos de sus diseños en la mano.
La propiedad de esta casa pasó de los López Robledo a Dª Clara Carrasco
Carbonero, madre del Marqués de la Corona, después a Dª Concepción Patiño
Carrasco y posteriormente a D. Gregorio Álvarez de Miranda, cuyos herederos
siguen siendo los propietarios de esta casa que aún luce una espléndida
fachada.
El 30 de octubre de 2011 anunciaba el periódico ABC
que el retrato de nuestro paisano don Juan López Robredo, que pintó su amigo
Francisco de Goya, será subastado en Londres en diciembre por la casa
Christie's.
Don Juan López Robredo pidió a su amigo Francisco de
Goya, en el año 1798, que le pintase con el uniforme oficial de Bordador, que
había sido diseñado por él mismo, para solicitar al Rey le fuese concedido el
uso de uniforme bordado como tenían los pintores, escultores y diamantistas de
cámara, para subrayar su categoría social.
Su casaca azulada y su chaleco rojo están profusamente
decorados con sendos bordados dorados que señalan el oficio del personaje. En
sus manos sujeta unos diseños en papel. El rostro representa la zona más
iluminada del conjunto, destacando el carácter del personaje; nos mira con un
gesto altivo, orgulloso de su importante cargo. Goya conjuga perfectamente los
detalles de los bordados con la personalidad de don Juan, ofreciéndonos una
soberbia muestra de su genialidad como retratista. Las tonalidades oscuras
dominan una composición en la que contrasta la claridad del rostro, resaltado
aun más por el fuerte foco luminoso que impacta en su cabeza.
La Familia López Robredo, como hemos dicho, tenían
casa en la calle de Morata número 47, donde aún se conserva el escudo de la
familia. y allí acudía el pintor acompañado de su hermano Camilo, el capellán
de los condes, cuando llegaba a Chinchón para visitar a su madre y a su
hermana.
Así España deja escapar un importante retrato de Goya
por falta de recursos. El retrato, de colección particular, ha recibido el
permiso de exportación del Ministerio de Cultura, porque ni el Prado ni
Patrimonio Nacional podían realizar la compra, según comenta un responsable de
la Junta, que ha justificado la decisión en atención a «la imposibilidad de las
instituciones públicas para atender la petición del dueño, un coleccionista
particular madrileño, que ponía un precio muy elevado».
La Junta de Valoración y Exportación de Bienes
Culturales, órgano competente del Ministerio de Cultura, que dirime la
protección de las obras desde Cultura, aprobó su salida en la reunión del
pasado mes de septiembre, tras estudiar un informe del Museo del Prado,
señalando que «este retrato no aportaría gran cosa al Prado, pero Patrimonio
Nacional sí lo quería por un motivo casi filológico, porque representa a un
funcionario de la corte de Carlos IV con su uniforme».
Estas son las principales características del cuadro:
Fecha: 1798,
Museo: Colección Particular.
Características: 107 x 81,5 cm.
Material: Oleo sobre lienzo.
Sin embargo, la
subasta quedó desierta y nadie en Londres pujó por su compra. Así informaba el
periódico ABC el 7 de diciembre de 2011.
“El «Retrato de
Juan López de Robredo» (Nuestro paisano) de Francisco de Goya estaba
valorado entre 4,5 y casi siete millones de euros por Christie´s, que sacaba la
obra a la venta por primera vez en veinte años. Una oportunidad poco habitual
de tener un Goya al alcance de la mano. Pero el cuadro se ha quedado sin
comprador, según han informado a ABC fuentes de la prestigiosa casa de
subastas.
El retrato
había permanecido en manos del mismo coleccionista privado durante dos décadas,
no presentaba dudas sobre su atribución al pintor español, y había llegado al
Reino Unido desde España tras recibir todas las bendiciones para la
exportación. Una pieza segura para quien tuviera el presupuesto necesario. Pero
los potenciales compradores no han rematado la cita. Aunque sí que ha habido
interés por el cuadro en una sesión muy concurrida, no se ha producido la
venta.
«A veces
ocurre, era un cuadro muy formal, cuando lo más querido por los coleccionistas
suelen ser los Goyas más expresivos», explican a ABC desde Christie's. En esta
joya sin novia, Goya retrata al bordador de la corte de Carlos IV, Juan López
de Robredo, miembro de una dinastía de bordadores españoles y cortesano con la
vanidad suficiente como para solicitar un retrato al pintor de moda”
Esto es lo que dice el redactor de la noticia, lo que
posiblemente no supiese es que encargó su retrato a Goya, no porque fuese
vanidoso, sino porque era gran amigo del pintor, que posiblemente se ofreció a
retratarle, aunque sí es verdad que López Robredo pidió que lo hiciese con el
"uniforme" de bordador que él mismo había diseñado.
Relator independiente.