Miguel Ramon Linacero, párroco de Chinchón, en el año 1782, hacia una descripción de todas las obras de arte que existían en la Iglesia de la Piedad de Chinchón, entonces Capilla de los Condes y actualmente la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Chinchón.
Esta relación la podemos encontrar en la contestación al cuestionario del Cardenal Lorenzana, obispo de Toledo, que había solicitado a todos los párrocos de la Diócesis. Allí dice: “En otra capilla se va a poner el cuadro grande de la Asunción y Coronación de Nuestra Señora, que antes sirvió en el retablo mayor de la iglesia antigua, pintura de Claudio Coello."
Efectivamente, en la antigua iglesia de Santa Maria de Gracia, existía un cuadro, obra de Claudio Coello, pintado en el año 1676, de unas dimensiones de 210x145 cm, que posiblemente regalase a la Iglesia la entonces VIII Condesa de Chinchón, Dª Francisca de Castro Cabrera y Bobadilla, que ostentó el Condado en los años 1669 a 1683.
En el cuadro aparecía la Virgen ascendiendo al cielo, rodeada de ángeles, que portaban ramos de flores y una corona que van a depositar sobre su cabeza. En el margen inferior izquierdo se podia ver un paisaje en el que se apreciaba un castillo, que bien podría ser una referencia al lugar de donde había sido encargado.
Hay otro cuadro prácticamente igual en la Catedral de Sevilla, en el que solo difieren algunos ángeles y el paisaje de la parte inferior.
Pues este cuadro es uno de los que desaparecieron en el año 1808, cuando los franceses asolaron Chinchón, en aquel nefasto final de año de hace ya más de dos siglos, cuando fueron asesinados 103 paisanos nuestros, destruidas la iglesia de Nuestra Señora de Gracia y la Ermita de Santiago, causando grandes destrozos en las demás iglesias, en el castillo de los condes y en muchas casas de nuestro pueblo.
Pero los franceses no solo causaron estos destrozos; también se apropiaron de todo lo que encontraron de valor. Y, como fue su actuación durante toda la guerra, se llevaron todas las obras de arte que encontraron.
Y de los cuadros nunca más se supo de su paradero.
En el mes de octubre del año 2002, se anunció una exposición de la fundación BBVA en su sede de la calle Recoletos de Madrid, en la que se presentaban 55 obras del Museo Goya de Castres (Francia); y una mañana me acerqué hasta allí para visitar la exposición.
Mi sorpresa fue grande cuando me encontré delante de un cuadro de Claudio Coello que se anunciaba como “La Inmaculada”. En el catálogo no se daba ninguna referencia de su origen, y los datos más antiguos del cuadro eran de finales del siglo XIX, que decían haber sido donado al Museo por un benefactor.
En ese momento me acordé de los cuadros que había en la Iglesia de Chinchón en el año 1808, y pensé que estaba delante del cuadro que había presidido el retablo de nuestra Iglesia.
Y es que desgraciadamente, este caso no era una excepción. El expolio de arte llevado a cabo por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia española, desde el punto de vista cultural, fue el saqueo más importante sufrido por España en su historia.
Así pues, es muy probable que “La Asunción y Coronación de la Virgen” de Claudio Coello, que presidió el retablo de la Iglesia de Chinchón esté en el Museo Goya de Castres.
La ciudad francesa de Castres tenía un pequeño museo ya en 1840. En 1894, los herederos del pintor y marchante Marcel Briguiboul entregaron su colección para agrandar este museo regional. Briguiboult había vivido en Barcelona y Madrid, conocía a la perfección la pintura española y a sus principales autores. No sabemos si su afán coleccionista le llevó a acumular parte de los cuadros robados en España durante la guerra de la Independencia, pero seguro que alguno iría en su legado.
En 1949, el museo de Castres pasó a llamarse Museo Goya debido a que contaba con varias pinturas del autor aragonés. Había recibido importantes depósitos del Louvre de París.
Pero no solo el cuadro de Claudio Coello de Chinchón; en los años ochenta del siglo pasado, cuando se catalogó esta colección de pintura española, en su listado aparecieron tres de los cuadros de Alonso Cano que habían sido robados por Sebastiani a la iglesia del Ángel Custodio en 1810. Se trata de La Visitación, La Anunciación y Los desposorios de la Virgen. Los tres cuadros figuraban en el Memorial mencionado de Fernando Marín, de 1795.
Así que si, tanto los granadinos como los de Chinchón, queremos ver los cuadros que nos robaron los franceses, no tendremos más remedio que acercarnos a Castres, que lo tenemos a poco más de 900 kilómetros.
No obstante, pensemos, como consuelo, que don Camilo de Goya y Lucientes, para paliar la pérdida de este cuadro convenció a su hermano Francisco para que pintase la Asunción que ahora luce en el centro del retablo de nuestra Parroquia.