Llegue de madrugada a las urgencias del Gregorio Marañon
No se si tenía fiebre, si estaba deshubicado, o posiblemente las dos cosas; el caso es que me encontré en lugar extraño para mi, rodeado de personajes fantasmagóricos. Me tumbaron en la cama, me quitaron la ropa y esos personajes tan raros no paraban de revolotear a mi alrededor.
No se si eran pájaros; tenían unas batas multicolores, azules, verdes, blancas, incluso algunas color butano en las que se podía leer en sentido vertical “Quirófano”; pero lo más extraño es que todos tenían pico: unos blancos y puntiagudos, otros mas redondeados y de color azul.
Me sacaron sangre, me metieron unas pajitas por la nariz y me dejaron allí muerto de miedo viendo cómo la bandada se movía de una cama a otra.
A la mañana siguiente, cuando la luz limpia del alba empieza a clarificar la percepción de las cosas, supe que no eran pájaros sino ángeles; enfermeros y enfermeras que esa noche llegaron a mi lado para ayudarme, aún a costa de poner en riesgo su propia Salud. Gracias.