Y creí en ellos hasta ayer. Pero resulta que se me ocurrió conectar con Telemadrid y dio la coincidencia de que estaban retransmitiendo en directo la Cabalgata de Reyes desde Madrid. ¡Oye!, y escuchando a los comentaristas y las pregunta tan "inteligentes" que hacían a los niños presentes se me abrieron los ojos y deje de creer. Claro está que algo parecido me había pasado ya con las procesiones de Semana Santa, cuando después de ver y escuchar las retransmisiones de la cadena autonómica también deje de creer en las procesiones.
Yo realmente no sigo mucho lo de las redes sociales; deje mi cuenta de Facebook porque no aguantaba la cantidad de sandeces que recibía diariamente, pero según me dicen mis hijos estos días estaban incendiadas por las críticas a la alcaldesa de Madrid con motivo de la dichosa Cabalgata.
¡Qué pena! Como sufren los nostálgicos de los recientes tiempos pasados, cuando imperaba el buen gusto, junto a los lujosos trajes de los reyes magos, aunque se viese a la legua que el Baltasar iba pintado de negro, y las barbas del Melchor eran más falsas que los que ahora critican.
Sin embargo ahora ¡todo es tan cutre! Y claro, pasa lo que pasa. Que la pobre hija de la señora Álvarez de Toledo esta traumatizada porque el traje de Gaspar se veía que no era de rey. Pobre hija, se habrá tenido que conformar con su "Play" nueva, pero nunca podrá olvidar que los "reyes magos" de Madrid vestían como los pobres. Y eso es un ultraje. Es lógico que su mama no pueda perdonárselo a la Alcaldesa Carmena.
Yo tampoco podré perdonar nunca el haber dejado de creer en los reyes magos, pero no a Carmena, sino a Telemadrid.
Así empezó todo:
Epifanía, Adoración de los Reyes. Pintor anónimo, datado a mediados del Siglo XVI. Tabla que se puede admirar en el Palazzo Abatellis de Palermo, donde la "reina Baltasara" es una mujer....
Y claro, luego pasa lo que pasa...