En la salida 295 de la Autovía del Mediterráneo, conocida como la A7, se encuentra el desvío para las Cuevas de Nerja que fueron descubiertas por unos jóvenes en enero de 1959. Año y medio después, en junio de 1960 se abrieron al público y desde entonces más de cuatrocientos mil visitantes anualmente las visitan para admirar esta cavidad de estratos arqueológicos que datan de hace más de 25000 años y que sirvieron como hábitat y lugar de enterramiento y donde también se pueden admirar manifestaciones de pinturas rupestres, en las que se pueden ver diversos animales como caballos, ciervos, cabras, focas y aves, con pigmentos que van del rojo al negro.
Estas cuevas, además de ser una visita obligada para los que se acercan por estas tierras de Andalucía, ofrecen anualmente, diversas manifestaciones artísticas como conciertos, recitarais y danza. Por aquí han pasado Alfredo Kraus, Montserrat Caballé, el guitarrista Paco de Lucía y la gran bailarina Maya Plisestskaya.
El pasado día uno de octubre también se ofreció un concierto improvisado por María Antonia Moya que interpretó la canción napolitana “O Mary” y “Granada” de Lecuona, que fueron acogidas con una entusiasta ovación por el público que entonces visitaban las cuevas, y que se vio sorprendido por esta inesperada actuación.
Después se puede visitar Nerja, en la que no faltan recuerdos a la serie de “Verano Azul” y conservan la barca de “Chanquete” varada en el aparcamiento público, como para dar la bienvenida a todos los visitantes.
Después hay que visitar el “Balcón de Europa”, así bautizado por el rey Alfonso XII en una visita que realizó el día 12 de enero de 1885, a quien le han dedicado una estatua en bronce del escultor F. Martín, y la han colocado junto a la barandilla del mirador.
El día 1 de octubre había bajado una niebla cerrada que impedía la visión de la impresionante panorámica que se divisa desde allí. Era como si algún turista inglés se hubiera traído de contrabando la bruma de Londres, para no añorar su tierra. Aunque. posiblemente, la pongan allí los responsables turísticos municipales para que los visitantes tengan que volver otro día.
El reportaje fotográfico recoge diversos encuadres tomados en las cuevas, donde no se puede usar el flachs y las condiciones de iluminación no favorecen la calidad de las fotografías. No obstante dan una somera idea de la belleza del recorrido. En las fotos de Nerja, fue la niebla la que se ocupó de poner las dificultades para obtener unas fotografías que reflejasen la belleza del entorno.
En resumen, una visita muy aconsejable.