Queridos magos:
Perdonad que os apee el tratamiento de “reyes”pero es que en España, en los tiempos que corren, está un tanto devaluado. Así que he considerado que con proclamados “magos” era más que suficiente para identificaros. Luego he dudado si la carta dirigirla a uno de vosotros... me apetecía mandársela a Melchor, por aquello de que es el más cercano a mi, por la edad; luego pensé dirigirla a Gaspar, que me cae muy bien, pero entonces pensé que me podían acusar de racista por excluir a Baltasar, que algunos pensarían que es por el color de su piel, y no quería, como han hecho algunos, cambiarle de raza, aunque luego dijeron que había sido un error y echaron la culpa al dibujante... por eso he pensado que era mejor dirigirla a los tres y así evitaba jaleos.
Pero, a lo que íbamos, la verdad es que estoy hecho un lío y no se muy bien lo que pediros. Lo de la vacuna y lo del covid19 ya os lo ha pedido todo el mundo y no es cuestión de ser pesado; lo de la salud, el dinero y el amor, se da por sobrentendido y como además de magos sois sabios, no hace ni falta el recordáoslo; además, como no soy materialista, no quiero pediros nada tangible, ni siquiera un frasco de colonia, un pijama, ni una bufanda para estos días de frío.
Así que me he dicho, lo que se echa en falta es un poco de cordura en todos nosotros, bastante de responsabilidad y una pizca de congruencia en la sociedad.
¿Sería posible que nuestros políticos empezasen a pensar un poco más en el bien común y dejar aparte sus intereses partidistas? ¿No os quedará por ahí algo de decencia y responsabilidad para los periodistas a los que les importa más salvar su puesto de trabajo que la verdad? ¿Y si buscáis en vuestros almacenes un poco de responsabilidad y paciencia para los que no son capaces de acatar las normas? Tampoco vendría mal que mandéis un poco de discernimiento, a repartir entre todos, para que seamos conscientes de que es más importante la salud que el dinero, y que nos demos cuenta que sin salud vamos todos a la ruina... Pero eso lo dejo a vuestro libre y sensato albedrío, que para eso sois magos y sois capaces de hacer el milagro de que todo esto vaya pasando de una vez....
Y me despido, deseándoles a vuestras mágicas majestades, que sigan trayéndonos todos los años un poquito de ilusión que alegre nuestras vidas en tiempos en los que no hay demasiados motivos para la alegría, aunque gracias a vosotros siempre nos quedará un poco de esperanza.
Muchas gracias.
(En la chimenea os he dejado unas copitas de chinchón, que con el frío que está haciendo estas noches, os vendrán muy bien)
Un fuerte abrazo para los tres,
El Eremita.