Posiblemente, donde más cómodo me sienta, como escritor, es haciendo relatos cortos, pequeños cuentos, que se me van ocurriendo, y después los voy publicando en el blog.
Antes, porque a mi me gustaba escribir desde pequeño, los iba guardando en cuadernos y carpetas, y es posible hasta que alguno de ellos se me llegase a perder.
Y es que se me ocurren muchas historias, y es que hay que pensar que la mente humana se comporta muchas veces de
forma extraña. A lo mejor la de todos no, pero la mía, sí.
Cuando me siento delante del ordenador, y hay en
la pantalla un documento de Word en blanco, a veces que se me ocurren cosas muy
raras, que no sé quien me las puede poner en la cabeza, y entonces las escribo,
y cuando termino casi no las reconozco, me parece que las hubiera escrito otra
persona o que mi mente estuviera abducida por alguien demasiado loco o con una
imaginación desmesurada.
Yo, cuando ocurre esto, procuro poner un poquito
de humor, o una pizca de ternura o un pellizquito de sensibilidad, para que
esas cosas tan inverosímiles tenga su algo de atractivo.
Y después, incluso, parece que no me quedan mal
del todo. En ocasiones he mandado algunos de estos cuentecillos a certámenes
literarios y ¡hasta me los han premiado! Que es lo que yo me digo: ¡Hay gente
“pa to”!
Con estos relatos o pequeños cuentos, he ido, con el tiempo, haciendo varias recopilaciones. Son de temas muy variados y no he llegado a publicar ninguno de ellos. Pero si queréis conocerlos, todos ellos están en este blog del Eremita. Sólo tenéis que "pinchar" en las "portadas" que están en el margen izquierdo y podréis acceder a ellos.
Incluso, a lo mejor, hasta os gustan.
Eso espero.