Cuando los primeros Señores de Chinchón, los Marqueses de Moya, don Andrés de Cabrera y Doña Beatriz de Bodabilla, llegan a los nuevos territorios que les habían concedido los Reyes Católicos, deciden que quieren hacer aquí su morada y en Chinchón inician la costrucción de su nuevo Palacio, la reconstrucción y ampliación de una fortaleza ya existente, y para demostrar su condición de buenos cristianos conversos deciden hacer una Fundación para los frailes agustinos, bajo el nombre de Monasterio de Nuestra Señora del Paraiso, que se construye extramuros de la villa, en las faldas del Castillo.
Vista posterior de la iglesia del convento, actual Iglesia del Rosario.
Pero pasan los años y a las 3 de la tarde del día 20 de septiembre del año 1626, Fray Manuel Sánchez,
Prior del antiguo Monasterio de Frailes Agustinos Calzados de Nuestra Señora del
Paraíso, decide con toda la comunidad abandonar el antiguo convento,
por el mal estado de la edificación.
Escudo de los Fernandez de Cabrera en las pechinas de la Iglesia del Rosario.
La
comunidad decide trasladarse a una casa propiedad de García Díaz de Lianagato,
en la calle de los Huertos, cerca de la Puerta de la Villa. Habían trasladado
el Santísimo Sacramento y lo habían colocado en la habitación principal de la
casa, dentro de una arquita, y toda la congregación comenzó a cantar el
servicio de vísperas.
El
corregidor Ximenez de Orozco, se presentó en la casa con una Real Provisión del
Rey Felipe IV, quien, a petición del conde don Luis Jerónimo, prohibía la
fundación de un nuevo convento.
El
Prior se niega a acatar las órdenes, alegando que tenía bulas de los Sumos
Pontífices y licencia del Cardenal. Después de un poco tiempo de litigio, el
Concejo, en ese mismo año, entregó a los frailes cien ducados para la
construcción de este edificio en lo que también debieron colaborar los condes
de Chinchón como se puede deducir por los
cuatro escudos de los Cabrera Bobadilla de las pechinas en la cúpula de la
iglesia.
Claustro del Parador de Turismo.
Este
convento de los padres agustinos tuvo una importante labor docente en Chinchón
hasta que una orden de José Bonaparte obligó a marcharse a todos los frailes.
Después, por la desamortización de Mendizábal pasa a propiedad del Estado,
quien en 1738 lo cedió al Partido Judicial de Chinchón para que aquí fuese
instalada la cárcel comarcal y los Juzgados.
Ya
en la antigüedad, posiblemente como premonición de su definitiva actividad como
Parador de Turismo, sirvió el edificio de hospedaje a personas importantes. El
Archiduque Carlos cuando estaba inmerso en la guerra de sucesión pernoctó en el
convento, y años después, en el mes de
noviembre de 1738, fue residencia del Cardenal don Gaspar de Molina y Oviedo,
cuando llegó a Chinchón para tomar posesión del condado en nombre del Infante
don Phelipe de Borbón.
Patio Central del Parador de Turismo.
Y
muchos años después, en sesión extraordinaria de fecha 26 de febrero de 1971,
el pleno del Ayuntamiento de Chinchón acuerda ceder gratuitamente al Ministerio
de Información y Turismo los terrenos necesarios para la construcción del
Parador de Turismo.
Fachada del antiguo Convento de los Padres Agustinos, actual parador de Turismo.
Poco
después se inician las obras que duran cerca de diez años y se inaugura el Parador
de Turismo, el día 26 de junio 1982, siendo uno de los motores de la proyección turística de Chinchón.