Embarco de los moriscos en el puerto de Denia. Grabado de la época.
Un bando dictado por el virrey de Valencia, Luis Carrillo de Toledo, con fecha 22 de septiembre de 1609 ordena que en un plazo de tres días todos los moriscos del Reyno se dirijan a los lugares dispuestos para su embarque.
Es decir, se expulsaba a los moriscos de la tierra donde habían vivido más de 900 años.
Ocho días después, tras los trámites burocráticos pertinentes, parte desde el puerto de Denia el primer embarque de moriscos hacia tierras africanas.Aquí dejan sus casas, pertenencias, cultura, tradiciones y enseñanzas. Una orden incomprensible que ignora todo un milenio de prosperidad, avance, cordialidad y mestizaje.
El castillo de Denia a principios del siglo XX
Fue un éxodo humano sin precedentes en la historia de España.Debemos tener en cuenta que a comienzos del siglo XVI, un tercio de los habitantes del Reino de Valencia, unas 170.000 personas, eran moriscos.
Entonces, cuando la orden de expulsión de los Reyes Católicos, los mudéjares alicantinos, se convirtieron a regañadientes a una religión que les era extraña, despiadada y cruel. Sin embargo, en círculos privados continuaron con las prácticas de sus creencias verdaderas, vistiendo a la antigua usanza y hablando su lengua (aquí llamada "algarabía"). Oraban, leían el Corán y se alimentaban como mandaban sus cánones.
Galeón en el puerto de Denia.
El Duque de Lerma, válido del rey, ya había sentenciado en 1608 el futuro de los moriscos. Este fue su pretexto, tal y como lo recojen las crónicas: "para que todos los reynos de España queden tan puros y limpios desta gente como conviene"