Recuerdo que cuando me jubilé me aconsejaron que no volviese por la sucursal donde había sido director, porque no debía inmiscuirme en la forma de dirección de mi sucesor. Les hice caso y apenas si pase por allí un par de veces, a modo de cortesía, para saludar a los antiguos compañeros.
A los lideres politicos, posiblemente, no haya habido nadie que les diera el mismo consejo y vemos cómo casi todos no se resisten a olvidarse quienes fueron, y no paran de meterse en querer seguir “mandando” como cuando estaban en activo. No entendieron bien aquello de la jubilación y que deberían dedicarse a otra cosa.
Eso le pasa a José María Aznar y le pasa a Felipe Gonzalez que siguen dando la vara, posiblemente porque piensan que ellos lo hicieron muy bien y que sus “sabios consejos” son necesarios a sus inexpertos sucesores.
Le pasa menos a Zapatero y a Rajoy, que se mantienen más al margen y solo aparecen de vez en cuando, pero sin demasiadas estridencias. Hay otros como Alfonso Guerra que aparece poco, aunque haga más ruido, cuando sale.
Y hubo quienes ya no están y que aún hoy se añoran sus consideraciones como es el caso de Julio Anguita y sus acertadas predicciones y la coherencia que mantuvo durante toda su vida.
Pablo Iglesias es otro que parece que no se ha adaptado demasiado bien a su condición de “ex”. Bien es verdad que desde que dejó su cargo en el gobierno y en el partido, no ha dejado de sufrir los ataques de sus “enemigos” propios y extraños, y que contra él “vale todo”; pero no ha debido tener un consejero que le advirtiese lo que a mí me dijeron cuando me jubilé.
O sea, que la vida de “ex” puede ser complicada si no se tiene cuidado y no sabemos mantenernos en un distanciamiento de nuestras antiguas obligaciones y dejamos que los demás se sigan equivocado, que ya aprenderán.
Los demás, hasta podemos escribir nuestras memorias, o mejor, retirarnos con nuestra pensión a nuestra casa, siendo coherentes con nuestra forma de pensar y, posiblemente, con el tiempo, la historia nos pondrá en el lugar que nos merecemos y se nos reconocerán los méritos que, en su día, no quisieron valorarnos.
Nota: Estos no son los “ex” a los que se refería la presidenta de la Comunidad de Madrid.