Ayer me di una vuelta por los soportales, que estaban muy concurridos, a pesar de no ser fin de semana. Se debatía que era lo más urgente para Chinchón, que habrían de afrontar los ediles que formen gobierno el próximo mes de mayo.
Se hablaba de problemas importantes y de problemas urgentes. Hay problemas que aunque parezcan urgentes, no son importantes, y a estos no se les debe dedicar ni demasiado tiempo ni esfuerzo.
Estos últimos días se está centrando la polémica en la situación de la vega y más concretamente en las edificaciones ilegales que hay construidas.
Es una situación que viene ya de lejos, que encierra una gran complejidad, debido sobre todo precisamente a que no se supo afrontar en su día, y que existió demasiada permisividad en las autoridades. Es un problema de lustros. Un problema importante, que ha devenido en urgente y que, sin duda, hay que afrontar.
Un problema que es de todos, pero que no es el momento de repartir culpas, porque eso no va a solucionarlo, y porque el que esté libre de culpa, que tire la primera piedra.
No dispongo de toda la información para poder opinar de cuál sería la mejor solución. Pero es posible que un buen plan de urbanismo para todo el término municipal ayudase a solucionar esta situación, a la que deberán apoyar todas las fuerzas políticas que consigan representación en las próximas elecciones.
Solo decir que no suelen dar buen resultado ni las ocurrencias ni las chapuzas y que para la solución de este problema se necesita una estrecha colaboración y el apoyo de la Comunidad de Madrid.
Como decía el otro día, ¡Lo primero, es antes! Y lo primero es lo importante, y no necesariamente, lo urgente.