“De orden del señor cura párroco de Nuestra Señora de la Asunción de Chinchón, se hace saber:
“En este año del Señor, de dos mil veintiuno de la era Cristiana, y debido a la situación de pandemia que venimos sufriendo, habrá cambios drásticos en la tradicional celebración de la Semana Santa en nuestra parroquia.
Como ya ocurrió el año anterior, las autoridades sanitarias aconsejaron tomar medidas para no favorecer la transmisión de la enfermedad, por lo que los actos multitudinarios como las procesiones quedan totalmente canceladas.
Asimismo, las celebraciones litúrgicas tendrán una participación reducida, por lo que se recomienda a todos los fieles que en esta Semana Santa haya un mayor recogimiento y un acercamiento más personal e individualizado de la religiosidad que debe presidir toda celebración religiosa de esta semana de Pasión en la que conmemoramos la muerte de nuestro Señor.
Por una vez nos vamos a olvidar de las celebraciones festivas que poco o nada tienen que ver con estas fechas religiosas, y vamos a dedicarnos a fomentar el espíritu cristiano de la fe y de la caridad que son más acordes con lo que en estos días se celebra.
Asimismo, también queda suspendida la representación de la Pasión viviente de Chinchón, que desde el año 1963 se venía celebrando con la única excepción del año pasado que también fue suspendida por esta misma causa. También se suspende el acto del pregón oficial de la Pasión y demás actos que se programaban con este motivo.
Sin embargo, se ha programado un Concierto de Oratorio, en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, bajo el título de “Sacrum in música” para hoy domingo de Ramos a las 19 horas, en el que podremos escuchar, entre otros intérpretes a nuestra paisana Estefania Ariza, con entrada libre hasta completar el aforo, que está reducido por motivo de las restricciones sanitarias.
La noche del sábado santo, las calles de Chinchón estarán silenciosas y no se escuchará el redoble de los tambores ni los cascos de los cabellos camino del calvario en la Fuente Arriba de la plaza, ni escucharemos el Aleluya de Händel mientras se ilumina la fachada sur de la Iglesia entre los aplausos, este año callados, de los miles de turistas que hoy no habrán venido a visitarnos.
Nosotros, en Chinchón, recordaremos en el anochecer del sábado Santo las ya sabidas escenas de la última cena, del prendimiento en el huerto de los olivos, del Pretorio de Pilatos, del encuentro con la Verónica en la columna de los franceses y con la Virgen Maria delante del Barranco, para sobrecogernos con la realista crucifixión mientras retumban en toda la plaza los martillazos de los sayones y los relámpagos y los truenos de la tormenta simulada iluminan las balconadas de la plaza.
Será un noche para el recuerdo y la añoranza, en la que nos acordaremos de todos los que ya nos dejaron y esperaremos con ilusión que el próximo año volvamos a reunirnos todos en la plaza para, al anochecer del Sábado Santo, escuchar las palabras de bienvenida del apóstol San Juan, el hijo del Cebedeo, que nos recuerde que esto ocurrió hace más de veinte siglos.
Aprovechemos pues estas dolorosas circunstancias para volver al verdadero sentido de la Semana Santa.
Después, tiempo habrá para fiestas y regocijos, cuando todo esto vaya pasando y podamos disfrutar de un verano, ya vacunados y libres del miedo al maldito virus que está trastocando nuestra normalidad”.
Quiero también dejar un cariñoso recuerdo a don José Manuel Pérez Gómez, que fue pregonero de la Pasión de Chinchón en el año 1999 y que falleció el sábado día 4 de abril del año pasado. D.E.P.
NOTA: Este pregón no es oficial; ya se sabe que no soy ni cronista ni pregonero oficial, solo oficioso, y este pregón no me lo ha encargado ni la Parroquia, ni el Ayuntamiento ni la Asociación de la Pasión; ha sido una iniciativa personal y oficiosa.
En fin, el Eremita os desea a los creyentes una tranquila y religiosa Semana Santa y a los que no lo son, unos días descansados y libres de contagios.