Y LA JORNADA OCHO: Para terminar: la versión francesa.
No es frecuente contar con versiones desde los dos puntos de vista de los contendientes en una guerra: en esta ocasión, afortunadamente, disponemos de un testimonio de un gran valor, por tratarse de la aportación de un francés. El Coronel Morín, Comandante del 5º Regimiento de Dragones, que tomó parte en las batallas de Almonacid y de Ocaña en el año 1809, escribió sus memorias que tituló “Journal d'Espagne du Colonel Morin, Comandant le 5e Regiment de Dragons”. Estas memorias fueron recogidas por Jérôme Croyet, doctor adjunto en historia y archivística del Departamento de L’Ain, y colaborador del Magazín “Napoleón 1º”.
Como suele ocurrir en las memorias hay algunas imprecisiones en las fechas, pero lo verdaderamente importante es encontrar una referencia del bando enemigo, que relate los acontecimientos ocurridos, reconociendo que en Chinchón se produjo una masacre.
En las memorias podemos leer: “Le 30 l'armée fait un mouvement pour se concentrer en arrière du Tage ; la division part d'Ocana et fait halte à Aranjuès où elle passe ce fleuve. Cette résidence royale qui, autrefois, était un séjour enchanteur est presque entièrement dévastée, on a abattu à cause des nombreux bivouacs et pour le service de l'artillerie une partie des plus beaux arbres ; les jolies habitations des personnes attachées à la Cour sont la plupart démolies, le peuple fait chaque jour de nombreux dégâts pour avoir les fers et les plombs ; le château seul a été respecté jusqu'à ce moment ; il n'a rien de bien extraordinaire, mais cependant avec toutes ses dépendances, ce séjour devait autrefois être digne de sa destination. Nous séjournons le 31 à Colmenar de Oreja et nous nous établissons le 1er avril à une lieue en arrière du village de Chinchon, qui autrefois présentait de grandes ressources mais qui a été saccagé en 1811 pour avoir fait feu sur un régiment français qui y passait ; il y a eu plus de 200 habitants massacrés par les soldats”
Esta puede ser la traducción: El día 30, la armada hace un movimiento para concentrarse en la parte de atrás del Tajo; la división militar parte de Ocaña y acampa en Aranjuez, por donde pasa el río. Está residencia real que antes era un lugar encantador, ahora está casi enteramente aniquilado, se han cortado para abastecer a los numerosos campamentos militares y para el uso de la artillería, una parte de los árboles más hermosos; los edificios mas bonitos de las personas asignadas a la Corte, están la mayoría destrozados, el pueblo hace cada día nuevos saqueos y destrozos para conseguir hierro y plomo. Sólo ha quedado el Palacio hasta hoy; no hay nada más que destaca en la zona pero ha debido de ser antes un lugar digno de visita. Estaremos el 31 en Colmenar de Oreja y nos vamos a establecer el primero de Abril a una legua del pueblo de Chinchón, que en el pasado tenía grandes recursos, pero que fue destrozado en 1811 por abrir fuego sobre una patrulla de infantería francesa que pasaba; hubo más de 200 ciudadanos masacrados por los soldados.
Como indicaba anteriormente hay un evidente error en la fecha, posiblemente debido a que estas memorias se escribieron años después, y ya sabemos que el tiempo siempre es engañoso en el recuerdo. Pero hay datos que confirman todo lo que hemos relatado sobre las repercusiones que tuvo la estancia del ejército francés en la zona. Nos cuenta cómo en Aranjuez también agotaron las existencias de leña para el suministro de las tropas, quedando el sitio real totalmente destruido, a excepción del Palacio Real.
También confirma los daños que se ocasionaron en Chinchón, que describe como un pueblo de grandes recursos y detalla la causa de la represión llevada a cabo por los franceses, reconociendo que más de 200 ciudadanos fueron masacrados por los soldados. También hay un error en esta cifra, pues como hemos indicado las muertos contabilizados fueron 103 varones.
- Y esta es la historia.
Es una triste historia. Posiblemente la historia más triste que se puede contar de Chinchón. Eran los últimos días del año 1808. Las tropas francesas habían invadido España por la ineptitud de un rey que era capaz de ceder ante Napoleón la soberanía de un país. En Mayo de ese mismo año se habían producido en Madrid unos acontecimientos que iban a marcar el futuro de toda una nación. El pueblo se había levantado contra los invasores, mientras las autoridades se escondían atemorizadas.Chinchón era un pequeño pueblo perdido a poco más de diez leguas de la capital. Según el censo, realizado por orden de Manuel Godoy en el año 1797, contaba con 744 vecinos, lo que representaba alrededor de 3000 habitantes.No fue un levantamiento popular, más bien unos hechos lamentables e inconscientes de un grupo de incontrolados. Pero las autoridades tampoco fueron capaces de encontrar soluciones y, como siempre, lo pagó el pueblo. 103 vecinos inocentes eran brutalmente asesinados por las tropas francesas al mando del Mariscal Víctor. Se había diezmado la población y se habían perdido sus mejores obras de arte. Era, sin duda, la historia más triste jamás contada de Chinchón.