JORNADA CUATRO: Las terribles consecuencias para Chinchón.
Las consecuencias de este asalto sí están suficientemente documentadas. Disponemos de los testimonios notariales de don Gabriel González Rey, Notario de Chinchón y los testimonios de don Pedro Ortiz de Zárate, don Pedro Antonio Rubio y don Pedro de Fominaya, escribanos públicos de Chinchón en aquellas fechas. También está el libro parroquial de defunciones que, al ser quemados los antiguos, se inicia con la relación de los muertos del día 29 de diciembre de 1808, que ascienden a un total de 56 en sólo ese día. Años después, en la contestación a un cuestionario enviado por la Capitanía General de Castilla, el Ayuntamiento de Chinchón, con fecha 16 de mayo de 1846, contesta que el número total de muertos durante estos días a manos de los franceses ascendió a un total de 103 personas, todos ellos varones.
Según el libro parroquial de defunciones, los muertos en el día 29 de diciembre de 1808, fueron los siguientes:Angel Castillo, 88 años; Gabino Montes, 50; Pedro Montero, 22; Pedro Francisco de Bustos, 16; Silvestre Rivera, 62; José Miguel Cachorro, 23; Antonio Manuel Candelas, 40; Pedro de las Olivas, 38; Antonio Colmenar, 40; Miguel Villalba, 42; Antonio Aguado, 40; Antonio Rincón, 25; Manuel Rodriguez, 75; Isidro Montero, 58; Juan Bellón, 35; Ignacio Parrilla, 34; Isidro López, 24; Elias García, 42; Matías Bravo, 30; Marcelo Ruiz, 61; Joaquín Sánchez del Prado, 63; Pedro Sánchez del Prado, 39; Eugenio García, 53; Francisco Moreno, 54; Manuel García Sagasta, 83; Francisco García, 48; José Gaitero, 40; Jacobo González, 33; Francisco Cortés, 38; Andrés Barranco, 54; Vicente Perogordo, 23; Tomás González, 67; Isidro Trigo, 27; Antonio de la Peña, 61; Antonio García, 60; Juan Antonio Peña, 70; José Sanchez, 65; Francisco de Ortega, 77; Manuel Díaz del Portal, 87; Dionisio Díaz, 50; Blas José López, 32; Francisco Martínez, 17; Pedro Rubio; Matías Sánchez, 60; Victoriano Ontalva, 60; Julián García, 72; Joaquín Santillana, 44; Francisco del Valle, 56; Julián Ramirez, 40; Manuel de Mora, 40; Lorenzo Luarte, 44; Diego Gómez, 58; Isidro Romero, 55, Victoriano Parrilla, 26; Casiano Cuesta y Agustín Moreno.
En los incendios de las iglesias se perdieron 29 tomos de partidas de Bautismos, el más antiguo de 1530; dos libros de confirmaciones desde 1546; 1o libros de desposorios y velaciones, desde 1584 a 1808; 13 libros de difuntos con datos desde 1622, 25 libros de entablaciones de memorias, 7 libros viejos de cuentas de fábrica, así como numerosos libros en los que se recogían las memorias y las cuentas de diversas obras pías, como las del Doctor Álvarez Gato, Bonilla, Fominaya, Portilla, Bendicho y Alonso Jimenez. También se perdieron los libros en los que se recogían todas las actividades de las Hermandades de las hermanitas de Nuestra Señora de la Concepción, Santa Ana, San José y de Santiago y San Juan de la Vega; 1 libro de cuentas del cabildo de San Pedro y 7 libros más de las cofradías del Cristo de Gracia, Nuestra Señora de Gracia, del Rosario, San Antonio Abad, San Isidro, las Ánimas y la Sacramental.
Una pérdida imposible de valorar en la que había desaparecido una parte fundamental de la historia de Chinchón. La existencia de todos estos libros se conoce por estar detallados en el nuevo libro parroquial de bautismos que se inició unos días después.
Hecho el recuento final de daños económicos, el escribano don Pedro Antonio Rubio los cuantificó en un total de 8.618.000 de reales de vellón, con el siguiente detalle:- Se quemaron 103 casas, ocasionando daños valorados en 618.000 reales en granos, frutos, muebles, alhajas, etc. - La quema de las dos iglesias, con sus ornamentos, vasos sagrados, y alhajas, todo ello valorado en 6.000.000 reales de vellón.- Por el saqueo de las tropas francesas se considera que los daños causados en el interior de las casas y tiendas se estiman en 2.000.000 reales.
Hecho el recuento final de daños económicos, el escribano don Pedro Antonio Rubio los cuantificó en un total de 8.618.000 de reales de vellón, con el siguiente detalle:- Se quemaron 103 casas, ocasionando daños valorados en 618.000 reales en granos, frutos, muebles, alhajas, etc. - La quema de las dos iglesias, con sus ornamentos, vasos sagrados, y alhajas, todo ello valorado en 6.000.000 reales de vellón.- Por el saqueo de las tropas francesas se considera que los daños causados en el interior de las casas y tiendas se estiman en 2.000.000 reales.
Pero vamos a dejar que nuestros historiadores sigan con su narración: Continúa Narciso del Nero: “Tres días sufrió Chinchón la barbarie de la soldadesca,matando cuantas personas encontraron, todas del sexo masculino, pues el resto de los vecinos, al comenzar el cañoneo, aterrados porque sabían la ferocidad con que procedían los invasores, habían huido refugiándose gran parte en el vecino pueblo de Valdelaguna.Violentadas las puertas de las casas, fueron saqueadas, robando cuanto de algún valor encontraron, incendiando varias después. Donde más se ensañaron fue en los edificios religiosos: en la Iglesia Parroquial de Santa María de Gracia, profanaron y destruyeron las imágenes, llevándose cuanto de algún valor había en ella, entregándola después a las llamas, que solo respetaron la torre, aunque también quedó malparada, derribando las campanas y destruyendo el capitel (cuya aislada torre aún sirve de campanario).
La Iglesia nueva o de la Piedad (hoy la parroquia) sufrió igual suerte, si bien por ser de muy sólida construcción sus muros quedaron intactos, pereciendo en esta iglesia sus archivos. Las ermitas fueron también saqueadas y en la de Santiago, después de robarlo y saquearlo todo, quemaron la imagen y las puertas. Dejando tras de sí solo muerte y ruinas , abandonaron los enemigos Chinchón dirigiéndose a Arganda en los primeros días de 1809. Volviendo a la población algunos de sus habitantes y los que formaban su ayuntamiento, que se dirigen al Mariscal Víctor, como también lo hizo el alcalde de Valdelaguna, pidiéndose deje volver al saqueado pueblo a sus moradores.”
Y así continuaba Viñas Roy: “Según las tradiciones de los ancianos, murieron en aquellas horrible noche 156 personas, a parte de un considerale número de heridos, algunos de los cuáles se salvaron por parecer que estaban muertos, y otros por fingirse tales; murieron también varios en las casas incendiadas, pues que se quemaron una gran parte de las de la plaza, además de la parroquia que existía contigua a la torre, que quedó sola y erguida en medio de la devastación como queda erguido el honor nacional cuando por se defensa se sucumbe; y he aquí por qué Chinchón tiene torre sin iglesia e iglesia sin torre.Con el incendio de la parroquia quedó destruida toda la historia de Chinchón, puesto que se quemó completamente el archivo que contenía todos los documentos que se salvaran de las vicisitudes de ocho siglos de guerra que España sostuviera para arrojar de su suelo al agareno que por la parte de las Andalucías lo habían invadido; y la destrucción de este archivo produjo trastornos sin cuento, tanto para acreditar la propiedad de cada uno, como para comprobar las edades que tantas veces ha de necesitarse en los diferentes usos de la vida. Así es que Chinchón, a pesar de su antigüedad no dudosa, no tiene casi más historia que desde el año 1810 hasta nuestros días”.
La Iglesia nueva o de la Piedad (hoy la parroquia) sufrió igual suerte, si bien por ser de muy sólida construcción sus muros quedaron intactos, pereciendo en esta iglesia sus archivos. Las ermitas fueron también saqueadas y en la de Santiago, después de robarlo y saquearlo todo, quemaron la imagen y las puertas. Dejando tras de sí solo muerte y ruinas , abandonaron los enemigos Chinchón dirigiéndose a Arganda en los primeros días de 1809. Volviendo a la población algunos de sus habitantes y los que formaban su ayuntamiento, que se dirigen al Mariscal Víctor, como también lo hizo el alcalde de Valdelaguna, pidiéndose deje volver al saqueado pueblo a sus moradores.”
Y así continuaba Viñas Roy: “Según las tradiciones de los ancianos, murieron en aquellas horrible noche 156 personas, a parte de un considerale número de heridos, algunos de los cuáles se salvaron por parecer que estaban muertos, y otros por fingirse tales; murieron también varios en las casas incendiadas, pues que se quemaron una gran parte de las de la plaza, además de la parroquia que existía contigua a la torre, que quedó sola y erguida en medio de la devastación como queda erguido el honor nacional cuando por se defensa se sucumbe; y he aquí por qué Chinchón tiene torre sin iglesia e iglesia sin torre.Con el incendio de la parroquia quedó destruida toda la historia de Chinchón, puesto que se quemó completamente el archivo que contenía todos los documentos que se salvaran de las vicisitudes de ocho siglos de guerra que España sostuviera para arrojar de su suelo al agareno que por la parte de las Andalucías lo habían invadido; y la destrucción de este archivo produjo trastornos sin cuento, tanto para acreditar la propiedad de cada uno, como para comprobar las edades que tantas veces ha de necesitarse en los diferentes usos de la vida. Así es que Chinchón, a pesar de su antigüedad no dudosa, no tiene casi más historia que desde el año 1810 hasta nuestros días”.
Continuaré narrándo los desastres que los franceses ocasionaron en Chinchón.