Hemos visto cómo desde que terminó la guerra, en el año 1939, el nombramiento de los alcaldes se efectuaba por las autoridades centrales, y para ello se buscaban personas de total adhesión al régimen, sucediéndose en el cargo distintas personas, entre las que hay que destacar a don Baldomero Martinez Peco que antepuso sus ideas políticas a toda ambición personal. Y esta falta de ambición personal también se reflejó en la vida municipal, y en su dilatado mandato al frente del Ayuntamiento, que tuvo tres etapas, Chinchón fue perdiendo todos su privilegios, como ser cabeza de partido judicial, con su lógica repercusión en la vida social y económica del pueblo. Tampoco los demás alcaldes anteriores a la democracia se distinguieron por sus logros en favor del progreso, posiblemente con la única excepción de don Francisco Grau Simó en cuyo breve mandato se consiguió un Instituto de Enseñanza Media, se promovió la creación del Parador de Turismo y se subió el agua desde la vega, ya que los antiguos manantiales de Valdeliceda eran insuficientes para el suministro de agua potable para Chinchón.
Todo esto motivó que se produjese un auténtico estancamiento de la economía, quizás con la única excepción del cultivo de los ajos, que por la gran fluctuación de precios durante varias décadas permitía adoptar una posición especulativa que proporcionó buenas ganancias a muchos agricultores. Sin embargo, los intentos que se realizaron para organizar una cooperativa que tuviese un cierto peso específico en el mercado de este producto, no llegaron a buen término. Por otra parte, al utilizarse las cámaras frigoríficas para la conservación de los ajos, permitió que las variedades, que antes tenían una menor duración, llegasen en condiciones de consumo hasta la cosecha del año siguiente. Hubo también intentos de agrupar a los productores bajo una denominación geográfica o una denominación de origen que tampoco llegó a prosperar a pesar de ofrecer la Comunidad de Madrid diversas subvenciones.
Como datos positivos podemos reseñar la creación de la Cooperativa Vinícola "San Roque" y la cooperativa Aceitera "Virgen del Rosario". Con la creación de estas cooperativas que reunieron a prácticamente todos los cosecheros de Chinchón, fueron desapareciendo todos los pequeños molinos de aceite y tan sólo quedaron dos bodegas particulares en funcionamiento, la de Antonio López y la de Jesús del Nero, que es la única que perdura en la actualidad. Pero con la creación de estas dos cooperativas sólo se consiguió una parte de sus posibilidades. Esta unión facilitó a sus socios acceder a una maquinaria más moderna y mejorar las técnicas de fabricación y elaboración, pero no se atrevieron a entrar en la comercialización de sus productos, y se limitaron a venderlos a mayoristas.
Los vinos de Chinchón han conseguido algunos premios en certámenes provinciales y estás encuadrados dentro de la denominación de origen de "Vinos de Madrid", pero tan sólo se han hecho algunos intentos comerciales para venderlo embotellado. Algo parecido ha pasado con el aceite que, siendo de una excelente calidad, no ha logrado darse a conocer en el mercado, al que sí están llegando otros productores de la comarca con más garra comercial.
Se echa en falta una coordinación entre el sector hostelero y estas Cooperativas que facilitase la promoción de estos productos de calidad que se producen en Chinchón.
La industria tradicional de Chinchón, la fabricación de anís, que antaño había absorbido una cierta mano de obra, iba desapareciendo pasando a manos de multinacionales y cerrándose las pequeñas fábricas. No se consolidaron ninguna de las propuestas de llegada de nuevas industrias como una fábrica de galletas, a pesar de haber llegado a expropiar unos terrenos para su instalación y también cerraron dos fábricas textiles que funcionaron durante unos años.
El pueblo se estaba quedando viejo y muchas de sus casas mostraban un aspecto casi ruinoso. Se habían construido dos grupos de viviendas sociales, una por la Obra Sindical del Hogar en 1964 y otra por el IVIMA en el año 1977, que cubrieron toda la demanda local e incluso llegaron nuevos vecinos de otras poblaciones. Esto llevó a que cada vez se hiciesen menos reformas en las casas del casco urbano, que eran costosas y además tenían que ceñirse a la normativa dictada por Patrimonio desde el año 1974.
Por ello, las calles de Chinchón parecían no haber cambiado en los últimos cien años y sólo se habían modificado algunos edificios, afortunadamente pocos, que se realizaron sin mucho control y con bastante mal gusto en los años 60 y 70 de este siglo.
En esta situación llega la nueva industria, el turismo. La democratización del automóvil y la mejora de las carreteras acercan Chinchón a la capital y los fines de semana se llenan sus calles de visitantes que se quedan maravillados de cómo había podido sobrevivir este reducto del pasado, salvado de la voracidad del progreso y de la industria. Y la situación caótica que hemos descrito en los párrafos anteriores se convierte en oportunidad única. Chinchón, aquel pueblo perdido en medio de ninguna parte, que no está cerca de ningún río ni por sus tierras pasaron nunca importantes vías de comunicación, tiene la oportunidad histórica de convertirse en un centro de atracción turístico y un lugar de residencia habitual privilegiado.
Durante estos primeros años del nuevo siglo se han seguido realizando obras de infraestructura en el pueblo, aunque algunos no demasiado afortunados, como el arreglo del firme de las calles principales que además de haberse deteriorado demasiado pronto, son de suma incomodidad para transitar por ella por el empedrado irregular que se puso.
Otro tanto se podría decir de la urbanización de la plaza de San Roque, en la que, además de tener los mismos problemas del firme del suelo, se han colocado unos bancos de piedra de dudoso gusto artístico.
De julio a septiembre de 2001 se llevó a cabo una intervención arqueológica en la iglesia parroquial, por las arqueólogas Alicia Torija López y Victoria Martínez Calvo, dentro del programa para su rehabilitación integral, que se llevará a cabo con la colaboración de la Comunidad de Madrid y la Diócesis de Getafe. Esta primera fase comprendía la realización de estudios arqueológicos, en los que se estudian la solera o pavimentación original del edificio, la determinación de la cronología y funcionalidad de diferentes nichos que habían sido localizados, la relación entre las capillas y la estructura general del edificio, documentación de la existencia de revocos por debajo del suelo del siglo XIX, estudio al detalle de la remodelación de la capilla mayor y la cripta, documentación de los cambios de altura en el suelo y de la existencia de enterramientos. A este respecto, en este estudio se constata que "se han localizado gran número de ellos con tipologías variadas: Enterramientos en fosa común; enterramientos revueltos y descontextualizados, que son los más abundantes y aparecen en casi la totalidad de los sondeos practicados; enterramientos en posición primaria situados bien en caja de madera, bien directamente sobre la tierra sin delimitación alguna, delimitadas con muretes o con una lechada de cal que los envuelve. Todos ellos se pueden fechar entre los siglos XVI y XVIII".
Al final del capítulo anterior habíamos hecho una reseña de la evolución de los distintos Centros de Enseñanza. Vamos a continuar con el recorrido hasta nuestros días. Con fecha 2 de junio de 1986, se había solicitado desde el Ayuntamiento la construcción de un Centro de Bachillerato, transformando el Centro Homologado actual en Instituto de Bachillerato, cediendo los metros cuadrados necesarios para su construcción de los 30.000 m2 de que se disponen en la antigua estación del ferrocarril del Tajuña.
Por orden de 1 de Agosto de 1988, el Centro Homologado "Santiago" de Chinchón, dependiente del Instituto de Bachillerato de Aranjuez, cesa en su actividad con efectos de final del curso de 1987/88 y se dispone el comienzo de las mismas en el Instituto de Bachillerato de Chinchón, para dar cumplimiento a lo dispuesto en el Real Decreto 818/1988 del 20 de Julio. (BOE nº 179 de 27 de julio de 1988. Al instituto se le da el nombre de "Carpe Diem".
Años después, se construyó el polideportivo de Chinchón, junto al Instituto en el terreno que antes había sido la estación del ferrocarril.
En el curso 2004/2005 cursan estudios en el centro "Carpe Diem" un total de 540 alumnos de bachillerato y enseñanza media de los distintos pueblos de la comarca.
El edificio anexo a las instalaciones de la Ronda de Mediodía, tiene 12 aulas, 9 aseos, 1 sala de usos múltiples y una sala de logopedia. El coste total de la obra, incluida en el PLAN PRISMA, fue de 831.222,58 Euros. Estas obras fueron inauguradas el 14 de octubre de 2005 por el Consejero de Educación de la Comunidad de Madrid y la Sra. Alcaldesa de Chinchón.
Con fecha 10 de noviembre de 2004, la Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid, presentó en el Ayuntamiento de Chinchón, ante la Alcaldesa Doña Encarnación Moya Nieto, el Plan de actuaciones para la rehabilitación de la Plaza Mayor de Chinchón.
Santiago Fisas, Consejero de Cultura y Deportes, que hizo la presentación junto con el director general de Patrimonio Histórico, explicó que "Uno de los objetivos prioritarios de la Comunidad de Madrid es la puesta en valor del enorme y valiosísimo patrimonio histórico del que afortunadamente disfrutamos en nuestra región y Chinchón es un ejemplo perfecto de ello". Además, anunció que la Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid convocará un concurso para el Proyecto de ejecución de obras, en el ejercicio presupuestario de 2005.
Antes de la elaboración del Plan, la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid realizó un estudio de la patología y propuestas de adecuación arquitectónica que tenía como objetivo inmediato sopesar la posibilidad de recuperación, conservación y valoración de este espacio arquitectónico emblemático, "uno de los ámbitos urbanos de mayor categoría arquitectónica e histórica de la Comunidad de Madrid". Así, en el estudio se ha determinado la patología que afecta a cada edificio, su funcionamiento mecánico y estructural, las condiciones de las soluciones constructivas, las vías de evacuación de aguas pluviales y el estado de los materiales. Asimismo, contempla propuestas de actuación en cada edificio, y la valoración estimativa de la consolidación y la restauración necesarias en cada caso.
En este sentido, el consejero señaló que cualquier actuación en la plaza precisa de la implicación en estos objetivos, tanto del Gobierno regional, como de los propietarios y del Ayuntamiento, pues las intervenciones de índole estructural deben ser completas e integrales.
Las soluciones propuestas en el Plan de Actuaciones, cuyo coste de ejecución se ha estimado en cerca de 2.000.000 de euros, comprende entre otras, la conservación y recuperación de carpinterías originales, así como la limpieza de pinturas y barnices en mal estado; y un nuevo diseño para los toldos, de modo que contribuyan a realzar la estructura de madera de la plaza.
También se incluye en el Plan, la limitación de la superficie de la plaza ocupada por terrazas de bares; el control de vallas, jardineras, mobiliario de colores discordantes y publicidad; la colocación de un nuevo sistema de iluminación de balconadas, y la prohibición de aparcamiento de vehículos en la plaza.
Durante estos años se han producido diversas propuestas para la promoción del turismo. Además de la participación en las ferias oficiales tanto a nivel nacional como regional, la Agrupación de Amigos de Chinchón instituyó la "Fiestas del Ajo" y la "Fiesta del Vino y del Anís". Se celebra anualmente una reunión de música folklórica nacional, denominada "Festival Folk" y un certamen de teatro, también a nivel nacional, con el nombre de nuestro paisano el actor José Sacristán. Se hacen algunas fiestas de promoción de productos y artesanía comarcal generalmente organizados por diversas asociaciones culturales locales, con la participación de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento. Se creó una Asociación de empresas y actividades turísticas de Chinchón, que no ha logrado la unión efectiva de todos los interesados y sus logros no han sido de la importancia que se podía esperar.
Chinchón tiene planteado un grave problema de aparcamiento y circulación. El mayor espacio disponible es la plaza mayor, pero su utilización como aparcamiento supone una grave agresión para su infraestructura y afea su espacio. Algunos industriales, con establecimiento en la plaza, han defendido esta utilización pensando que así se beneficiaban sus negocios, sin tener en cuenta todos los aspectos negativos. El hecho es que no se ha conseguido ninguna solución definitiva al problema, y lo realizado hasta la fecha no han sido más que arreglos parciales y demasiado provisionales. Todavía quedan en Chinchón parcelas estratégicamente situadas que podrían ofrecer una solución definitiva a este grave problema, cuya resolución redundará en beneficio de todos.
También se ha producido un resurgir de la construcción con la promoción de varios grupos de viviendas de titularidad privada, pero existe un problema de armonización, entre la normativa en materia de construcción, que emana de Patrimonio con motivo de haber sido declarado Chinchón "Conjunto histórico-artístico", y las necesidades de los propietarios para rehabilitar sus viviendas. Habrá que buscar una solución en la que se imponga la lógica haciendo que estas necesidades sean compatibles con el buen gusto y las medidas para conservar la fisonomía artística de nuestro pueblo.