Estaba viudo, había alcanzado la cima de su carrera profesional y era rico. Sus hijos eran ya mayores y sus nietos apenas si se acordaban de él, como no fuera para sacarle dinero.
Ella era joven. Tan joven que casi la doblaba la edad... y bonita. Como era viejo pero no lelo, sabía por qué se acostaba con él, aunque ella sabía mentir muy bien.
Un día se casaron y a ella se le olvidó mentir.