El 25 de octubre de 1738 don José de Sforza y Cesarini, duque de Genzano, vende el título y Estado de Chinchón, con Ciempozuelos, San Martín de la Vega, Seseña, Villaconejos, Valdelaguna, Villaviciosa de Odón, Moraleja la Mayor, Moraleja de Enmedio, Sacedón y Serranillos, al Infante don Felipe de Borbón y Farnesio, hijo del rey Felipe V.
El Infante había nacido en Madrid el 15 de mayo de 1720 y tenía 17 años cuando se convierte en el duodécimo conde de Chinchón.
Como es de suponer, la noticia de la compra del Condado por el hijo del Rey causó una gran conmoción en todos los pueblos mencionados. Eran conscientes de las posibilidades que se abrían al pasar a ser posesión de la familia real. Además, por su proximidad a la corte y al real sitio de Aranjuez, lugares de residencia de los reyes, ofrecía una oportunidad para que en estos pueblos se fuesen asentando familias que pretendían, por unas u otras causas, estar cerca de la realeza.
Aunque la fecha oficial de la venta fue el día 25 de octubre, desde unos meses antes la noticia es conocida en el Condado y, como era normal en estas circunstancias, los representantes de todos los pueblos se apresuran a solicitar autorización para organizar grandes fiestas conmemorativas del acontecimiento. Como contestación a estas solicitudes, con fecha 21 de septiembre de 1738 don Miguel Herrero de Espeleta, representantes del Infante, dirige al Ayuntamiento de Chinchón un escrito en el que se indica que "ante la solicitud de los distintos pueblos del condado para celebrar fiestas públicas por la felicidad que van a adquirir en ser vasallos de tan grande y benigno príncipe, y deseando al mismo tiempo que estas demostraciones no excedan de los límites de la actual posibilidad, autorizan a Chinchón a celebrar con este motivo los siguientes actos: Dos fiestas de toros, sin caballero, en la Plaza, y demás circunstancias al arbitrio de la villa. Tres noches de fuegos y luminarias, moderando el gasto de los fuegos. Dos comedias y una mojiganga". A continuación detalla las fiestas que pueden realizar los restantes pueblos.
En nombre del infante, toma posesión de los Estados de Chinchón, el Cardenal don Gaspar de Molina y Oviedo, que permaneció alojado en el Convento de los padres agustinos durante los días que duraron los actos de toma de posesión, que se prolongaron hasta el día 9 de noviembre.
En esta época del año suele hacer mal tiempo en Chinchón y 1738 no debió ser una excepción; debió llover durante esos días, según se desprende del acta de una junta celebrada por la corporación municipal el día 5 de noviembre. En la misma se dan instrucciones para la organización de las fiestas que se están celebrando esos días con motivo de la toma del posesión, indicándose que se arregle la plaza echando paja y grava, que se disponga para que los balcones sean ocupados por las personas más importantes, y que se corran los catorce toros; y si no fuese posible matarlos todos el mismo día, que se encierren para correrlos al día siguiente, y que la otra corrida (para la que también tenían autorización) se posponga hasta nuevo acuerdo.
El Cardenal debió informar al Rey de los fastos que se habían organizado y la acogida que le habían dispensado y el monarca tampoco habría olvidado las muestras de lealtad que a él mismo le había dispensado el pueblo cuando pernoctó en Chinchón en el año 1706, así como su apoyo durante la guerra de sucesión. Por eso, al mes siguiente, el 26 de diciembre, decide conceder a Chinchón la gracia de que se titule "La Muy Noble y Muy Leal".
En el año 1744 el Concejo manda confeccionar un magnífico estandarte bordado en oro y plata con la imagen del Santo Patrono San Roque, y debajo las armas usadas antes descritas y en el reverso las armas del Infante don Felipe.
El 1 de julio de 1747 el infante-conde hace cesión de todos sus derechos sobre de todas las dehesas y baldíos del término municipal de Chinchón, mediante la pensión anual de setenta reales, que había de pagar la villa el 22 de marzo de cada año. Esta cesión se firmó en Chinchón, en escritura ante el escribano don Manuel José de Herrera, representando al infante el licenciado don Andrés Rodríguez, abogado de los Reales Consejos y de Cámara de la Alteza, y a la villa, los regidores por ambos estados, don Bernardino de la Calva y Frías y don José Bravo. Estos terrenos los había recibido el príncipe por un Real Decreto, al que ya hicimos referencia, dado por el Rey Felipe V, en San Ildefonso el día 20 de agosto de 1740.
En nombre del Infante gobernaron el Estado de Chinchón, el Teniente General don Francisco de Ocampo, don Miguel Herrero de Espeleta, secretario de su Alteza y, después, don Francisco de Solera, del Consejo de Su Majestad en el Tribunal de la Contaduría Mayor de Cuentas.
El duodécimo conde de Chinchón se trasladó a Italia para hacer la campaña militar, al frente de un gran ejército durante los años 1743 a 1744, conquistando Monferrato, Alejandría, Parma y Plasencia, continuando la luchan hasta la firma del tratado de Aquisgrán en el año 1748, donde le fueron reconocidos los ducados de Parma, Plasencia y Guastala.
Se había casado en París con la princesa Luisa Isabel, primogénita de Luis XV de Francia el 26 de agosto de 1739 y tuvo tres hijos, Fernando que le sucedió en el ducado de Parma, Isabel, casada con el Emperador de Austria José II, y Maria Luisa, mujer de Carlos IV de España. Murió en Alejandría (Italia) el 17 de julio de 1765.
(Resumen tomado del libro "Crónica de Chinchón", que se publicará próximamente)