También conocido como chorlito alejandrino, frailecillo blanco, frailecito o playero corredor es un pajarito que puedes encontrar en las playas y en los arenales costeros, también en la playa de las Marinas de Dénia.
Miden unos 15-17 cm. de largo y 42-45 de envergadura. El color varía dependiendo de la etapa en la que se encuentre, durante la etapa reproductiva el plumaje es pardo grisáceo muy claro en el dorso. Manchas en la coronilla, tras los ojos y laterales al pecho son oscuras en la hembra y de color negro en el macho, que en invierno se aclaran. Las partes inferiores son blancas. El pico es corto y negro. Las patas son grisáceas. Los machos se diferencian de las hembras por el enrojecimiento del plumaje en la nuca. La hembra es similar, pero en ella el negro es sustituido por un marrón más oscuro que el de las partes superiores y carece de plumas rojizas en la nuca.
Hacen el nido, de abril a agosto, sobre la arena y ponen de dos a tres huevos de color pardo muy claro con manchas negras y grises, más abundantes en el extremo más grueso. No es poco habitual que realicen dos puestas, la primera en abril o comienzos de mayo y la segunda entre finales de mayo y junio. El nido consiste en una depresión en la arena con forma de taza, que forran con conchas. Se ubican en montículos cercanos al agua, por lo general lo suficientemente alejado del límite de la marea alta. La hembra deposita habitualmente tres huevos que serán incubados durante veinticuatro a veintisiete días. Los huevos y los polluelos tienen un gran mimetismo.
En zonas de agua salada su principal alimento lo constituyen diferentes crustáceos, lombrices y moluscos. También pulgas de mar que captura en la retirada de las olas, corriendo velozmente sobre la arena con el cuerpo medio agachado. Su vuelo es ágil y rápido para capturar a sus presas eficazmente.
Si te acercas ahora a las Marinas, te vas a encontrar con zonas acotadas en medio de la playa y en el centro verás los huevos depositados en la arena en lo que se puede llamar nidos, aunque estos pajaritos no son muy trabajadores y no se molestan demasiado en formar nidos más confortables como hacen la mayoría de sus congéneres, y verás al cholitejo patinegro revolotear al rededor mientras caza, o al cuidado de los huevos, sin importarles demasiado las miradas de los curiosos bañistas que se paran para observarles.
Un espectáculo que te ofrece gratuitamente la naturaleza en estos calurosos días pre veraniegos en la costa mediterránea.