El motivo principal de esta excursión era visitar los montes del salitral, que no conocía.
Cuando termina el Camino de San Galindo, antes de llegar al puente, a la derecha, sale un camino muy escarpado por el que sólo se puede subir andando o en vehículos todoterreno. A la entrada, en un madero, se puede leer "VALDERRADELA". En este paraje, en lo alto de los cerros, existió en épocas remotas un castillo al que se conoció como de Valderradela, que era la atalaya que defendía la entrada de la Vega.
Ahora, ya no existe ningún vestigio de aquel castillo. En la subida se pueden apreciar algunas ruinas de alguna edificación muy posterior, y que debió servir como refugio para ganados y pastores.
Los montes del Salitral son áridos y por allí sólo crece el esparto. Pero desde allí arriba se tiene una visión privilegiada de la Vega de Chinchón, que aún estando todavía en verano, se nos presenta fértil y verde.
Y volviendo la vista, también se contempla un precioso paisaje con la silueta de Chinchón en el horizonte.
Sin embargo, también podemos ver cómo la vega se ha ido poblando de edificaciones ilegales que poco a poco están colonizando toda la vega, a pesar de los carteles que ha puesto el Ayuntamiento indicando que la Vega es Zona no urbanizable.
Y al fondo, en el horizonte, el Alto de Morata, con las torres de la cementera.