Y llegamos al puente de San Galindo. Este puente, que antaño fue de madera, fue construido por la Sociedad de Cosecheros de Vino, Vinagre y Aguardiente de Chinchón, en el año 1864. Es un puente de piedra con buenos contrafuertes y que ha sobrevivido al paso de los años, aunque en este tiempo también recibió algunas reformas. Actualmente presenta algunos desperfectos, pero está útil para darnos entrada a la Vega de San Galindo.
Pasado el puente, lo primero que nos sorprende es una gran arboleda que circunda el río Tajuña, que es el que trae el agua a la vega.
Ahora, con el cambio del sistema de riegos de la vega, baja con bastante agua, cosa que no era habitual en estos tiempos de verano.
Mostrándonos bellos paisajes con el agua corriendo entre matas y arbustos.
Y a través de los árboles, se nos anuncia el paisaje llano de la Vega de Chinchón.
Mañana, vamos a subir a los montes del Salitral.