El 2 de febrero de 1909, nacía otra Entidad que iba a tener presencia activa y gran influencia en la vida económica del pueblo a partir de ese momento:
La Sociedad Alcoholera de Chinchón.
La Sociedad Alcoholera de Chinchón nació inicialmente como una Cooperativa formada por los cosecheros de vino, vinagre y aguardiente de Chinchón, que tenían en sus casas las alquitaras para la fabricación del aguardiente anisado con los excedentes del vino que cosechaban, para convertirse después en Sociedad.
Debemos recordar que, hasta que llegó a España el método bordelés para la conservación del vino en barricas de toble, éste era un producto perecedero y por lo tanto los excedentes eran quemados para conseguir el alcohol con el que después se destilaba el anís, que desde un principio dió una gran fama a Chinchón.
Este sistema de fabricación artesanal y con pocas garantías sanitarias, suponía un alto riesgo para la salud de los consumidores, lo que obligó a las autoridades sanitarias a promulgar la Ley de alcoholes de 19 de julio de 1904.
Esta Ley de Alcoholes intentaba atajar los posibles riesgos que podría ocasionar la elaboración de unos productos que, con la situación de atomización existente hasta esa fecha por la gran cantidad de fabricantes, era muy difícil controlar. Para conseguir los efectos deseados, las autoridades deciden imponer fuertes impuestos a los fabricantes individuales, mientras que estos impuestos casi desaparecían si se formaban sociedades o cooperativas que les agrupasen. Con esta medida, el sistema de control sobre la producción era mucho más fácil, y por otra parte, los propios fabricantes podrían mejorar sus sistemas productivos, lo que a la larga, sería también provechoso para ellos.
Una muestra de las distintas botellas de anis que se ha fabricado en Chinchón, la mayoría de ellas corresponden a la Alcoholera de Chinchón.
Con la promulgación de esta ley se transformó, en pocos años, el panorama productivo de la explotación vinícola. Además, pocos años después llegó la temida plaga de la filoxera que arrasó la mayoría de las viñas plantadas en España. Para combatir esta plaga sólo fue efectiva el injerto de las vides con plantas americanas que eran inmunes a la plaga.
Estas fueron dos de las circunstancias que incidieron en la decadencia de la Sociedad de Cosecheros de Vino, Vinagre y Aguardiente de Chinchón.
Diploma concedido a la Sociedad de Cosecheros de Vino, Vinagre y Aguardiente de Chinchón, en la Exposición Universal Celebrada en París en el año 1889. La Alcoholera de Chinchón ha mantenido desde esa fecha la tradición en la fabricación de los aguardientes anisados que tanta fama le han dado a nuestro pueblo. Desde su inicio se construyó la fábrica en la Ronda de Mediodía, donde permaneció hasta su traslado a la Vega de Chinchón, cuando las ordenanzas municipales obligaron a sacar del caso urbano las industrias peligrosas.
Este dibujo corresponde a la orla del pergamino entregado a don Joaquín Ruiz Jimenez, siendo Ministro de la Gobernación, cuando le fue concedido el título de hijo adoptivo de Chinchón, en el año 1917. En el dibujo se puede preciar la chimenea de la Alcoholera, junto al castillo de Chinchón.
Y también, desde hace ahora cien años, se dejó de fabricar el anís de Chinchón en las casas particulares, donde, todavía, se pueden ver los antiguos alambiques orillados en las las cámaras, entre los tratos viejos ahora inservibles.
La Sociedad Alcoholera de Chinchón había nacido como una excisión de la Sociedad de Cosecheros de Vino, Vinagre y Aguardiente de Chinchón, la popular "Mojona", que había sido la encarga de promocionar y fabricar los célebres aguardientes anisados de Chinchón, que fueron premiados en diversas ferias como la celebrada en París en el año 1889, con motivo de la Exposición Universal.